La vida no es un bloc cuadriculado, una cosa es lo que planeas y otra lo que acaba siendo. Y si no, que se lo digan a los capuchinos que encargaron a Enric Sagnier, en 1907, el proyecto de la Mare de Déu del Roser de Pompeia. El conjunto arquitectónico, que debe su nombre al santuario italiano que sirvió de inspiración, tenía que ser un santuario espiritual y de acción social. Sin embargo, se convirtió en lugar de culto de literatos y políticos novecentistas y punto de encuentro de la burguesía barcelonesa. La vida es como una caja de bombones, que diría Forrest Gump.
El resultado fue un templo de estilo neogótico en la esquina de Diagonal con la riera de Sant Miquel, en el límite de Gràcia con el Eixample, organizado alrededor de un claustro y, adosada a este, una iglesia de tres naves con entrada por la Diagonal e inspirada en el gótico catalán. Fijaos si no en la cubierta de la nave, estructurada con arcos de diafragma o la forma de la torre. ¿No os recuerda a los campanarios de Santa Maria del Mar? Aunque la influencia del modernismo también dejó su huella en algunos elementos ornamentales. Josep Llimona se encargó de la decoración escultórica exterior e interior, como demuestra la imagen de Nuestra señora de Pompeia.
EDIFICACIÓN DE LA CRIPTA
Las fachadas son de ladrillo visto con piedra. En el interior no se conserva la imagen original de Nuestra Señora de Pompeya que hizo Llimona, destruida en 1936, pero sí el relieve y la imagen de san Francisco de Asís, en el exterior. Después de la Guerra Civil, el conjunto se convirtió en hospital gestionado por la Cruz Roja. En esa época se construyó una cripta bajo la nave central. Fue un proyecto de Pere Benavent de Barberà y se decoró con pinturas al fresco del fraile capuchino polaco Efrem de Kcynia.
Ese sótano, hoy convertido en cripta, fue la salvación para el órgano, del mismo año que la iglesia y obra de Pau Xuclà i Camprubí con diseño de la fachada a cargo de Sagnier. Fue uno de los pocos instrumentos litúrgicos que sobrevivieron a la Guerra Civil. ¿El secreto? Lo desmontaron y ocultaron en el sótano.
Actualmente, la Mare de Déu del Roser de Pompeia alberga la curia provincial de la orden de los capuchinos.
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