Es posible ver ballenas desde Barcelona. Cualquiera que haya cogido un ferry en el Mediterráneo sabrá que es común que a escasos kilómetros del puerto de la capital catalana habitan cetáceos como los delfines, que en muchas ocasiones siguen a los barcos y se les puede ver nadando y saltando. De hecho, los avistamientos se dispararon durante los primeros meses de la pandemia del covid-19, pues la ausencia de navíos hizo que las manadas de estos mamíferos pudieran nadar con mayor tranquilidad.

No obstante, los delfines, si bien son los más comunes, no son los únicos que cada año se acercan al litoral barcelonés. Y es que también pueden verse ballenas. Se trata de un fenómeno que ocurre en primavera, cuando los gigantes marinos se acercan en busca del krill, pequeños crustáceos marinos. Con el aumento de las temperaturas, las aguas son más acogedoras y estos animales, similares a las gambas, aumentan su población, formando bancos de alimento que atraen a las ballenas.

¿ES POSIBLE VERLAS?

Más allá de avistamientos puntuales, sí, es posible salir a ver ballenas desde la provincia de Barcelona. De hecho, hay varias empresas que se dedican a organizar viajes desde una perspectiva sostenible. El mejor lugar a donde dirigirte para poder disfrutar de un viaje en busca de estos majestuosos mamíferos marinos es Vilanova i la Geltrú, pues la población catalana tiene dos compañías que se encargan de hacer estas excursiones.

Una de ellas, la fundación Maktub, hace viajes de entre 6 y 10 horas por unos 120 euros cada pasajero. En total cada viaje admite unas cuatro personas. Por otra parte, la asociación ecologista Depana ofrece experiencias de unas nueve horas por unos 60 euros por persona.

Dos ballenas identificadas en el litoral catalán / EDMAKTUB

El Sitges está la asociación cetácea, que por 60 euros ofrece también viajes de unas 8 horas cuyo objetivo es fotografiar a los cetáceos de la costa catalana. Ya en Barcelona, desde el Port Olímpic sale en ocasiones un velero de madera, el Ría de Ferriol, que ofrece excursiones por el litoral catalán en busca de estos animales. Su precio es de 120 euros por persona y una bióloga marina será la guía de la expedición.

Hay que tener presente que son viajes cuyo resultado no está asegurado. Se trata de ir a observar a los animales en su hábitat pero no hay ninguna garantía de que estén allí y el objetivo principal es no molestarlos, por lo que no se hará nada que pueda perturbar su tranquilidad.

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