Llega una masa de calor canicular a Barcelona: el pico máximo de temperaturas

Llega una masa de calor canicular a Barcelona y se alcanzarán las temperaturas más altas. La canícula, o también llamado período de calor canicular, se refiere a la temporada del año en la que, debido a distintos factores --la radiación solar directa, la estabilidad atmosférica, la situación geográfica o las condiciones meteorológicas--, se da el pico máximo de calor.

Tanto este período como las condiciones en las que se da, no son estáticos ni iguales en cada uno de los dos hemisferios. Centrándonos, por ejemplo, en nuestro país, por estadística climatológica, la canícula se suele dar entre el 15 de julio y el 15 de agosto y puede durar entre 3 y 7 semanas.

Durante esta época, las temperaturas diurnas son significativamente más altas de lo normal, y las noches acostumbran a ser tropicales (por encima de los 20 grados) e incluso tórridas (por encima de los 25 grados), por lo que el llamado “estrés térmico”, derivado de la continuidad, la intensidad y la duración del calor intenso, puede acarrear problemas de salud severos en población expuesta y vulnerable.

PREVISIÓN ACTUAL 

Lo que queda de semana será todavía algo inestable en la capital catalana, con cielos variables y posibilidad de algún pequeño chubasco muy puntual. Cruzando Collserola, y especialmente traspasando el cordón metropolitano, en el interior y norte de Catalunya, encontraremos tormentas más frecuentes que dejarán cantidades algo más significativas.

A partir del viernes y el fin de semana, se instala la estabilidad anticiclónica en la mayor parte de la península. Será entonces cuando hablemos de temperaturas puramente veraniegas, que alcanzarían su máximo a lo largo de la semana que viene, con hasta 46 grados en puntos de Andalucía, unos 40 grados en Terres de Ponent, en la provincia de Lleida, y oscilando los 35 °C en municipios del Área Metropolitana.

Previsión de anomalías para el inicio de la semana que viene / POLARWX

En Barcelona no llegaremos a cifras tan escandalosamente altas, “gracias” al Mediterráneo, que recordemos que aporta un efecto termorregulador a la ciudad. A pesar de ello, el entrecomillado del “gracias” tiene razón de ser; y es que, a pesar de no llegar a cifras numéricamente tan elevadas, el mar nos perjudica con un gradiente de humedad que intensifica la sensación de calor y de bochorno.

¿A QUÉ SE DEBE ESTE CALOR EN BARCELONA? 

Como se ha comentado anteriormente, el calor en épocas caniculares viene derivado por diversos factores; prácticamente todos ellos estables, los astronómicos (mayor incidencia solar y mayor cantidad de horas de radiación) y los geográficos, excepto uno, el factor atmosférico. Esta última variable será el detonante que acabe desembocando en el inicio de una más que probable ola de calor.

En este caso, dicho factor atmosférico vendrá derivado de un fortalecimiento de la dorsal de aire cálido procedente del norte de África que abrazará España a partir del fin de semana, y que, previsiblemente, afectará especialmente al sureste peninsular, toda la vertiente mediterránea y Baleares, que se llevaría la peor parte.

Previsión para el inicio de la semana que viene / METEOCIEL

ANTICICLÓN DE LAS AZORES, OTRO CULPABLE MÁS 

Otra de estas razones atmosféricas que conllevan cambios en los patrones atmosféricos, provocando un aumento de olas de calor más intensas, un bloqueo de las borrascas procedentes del Atlántico y un aumento de las condiciones de sequía, es la expansión del llamado “Anticiclón de las Azores”, un sistema de altas presiones ubicado en el océano Atlántico, cerca de las islas Azores.

Además, la expansión del Anticiclón de las Azores también puede provocar la persistencia de condiciones de estabilidad atmosférica, lo que a su vez contribuye a la acumulación de calor en la región, tanto en verano como en invierno. Esto se traduce en anomalías de temperaturas extremadamente altas, ya que la masa de aire caliente queda atrapada y no puede ser reemplazada por masas de aire más frescas y húmedas.

Anticiclón de las Azores sobre el Océano Atlántico / NOAA