Barcelona está rodeada de lugares con encanto. A las afueras de la capital catalana son comunes los pueblecitos que, situados a pocos minutos, tienen otro aire, otra forma de respirar. La tranquilidad y la pausa, algo casi mitológico en la ciudad, se transforman en la tónica en estos lugares que son el lugar ideal para hacer una escapada de fin de semana con familia, pareja, o amigos.
Este es el caso de Canet de Mar. Un municipio de unos 15.000 habitantes situado a unos 40 minutos de Barcelona y que cuenta con unos 1.000 años de historia en su haber. Se trata de un pueblo típicamente mediterráneo con rincones modernistas que destaca por la calidad de sus playas. Pero no solo eso, sino que posee su propio castillo (Santa Florentina) que data del siglo XI y que fue un escenario en el que se rodó Juego de Tronos.
HERENCIA MODERNISTA
A principios de s.XIX, el arquitecto Lluís Domènech i Montaner dejó su huella en el pueblo con la Casa Roura y la Casa Domènech i Montaner, esta última reconvertida hoy en día en museo, entre otras.
Canet de Mar cuenta también con rincones como el templo de San Pedro y Pablo, que data del siglo XVI y el Santuario de la Misericòrdia, del siglo XIX. Si lo que buscas son vistas, siempre puedes dirigirte a la montaña de Pedrocastell, desde cuya cima se puede disfrutar de una magnífica vista del valle de Canet y de la sierra de Montnegre.
PLAYAS
Son tres las playas a las que puedes acudir para disfrutar de la tranquilidad de esta cercana y a la vez alejada localidad de Barcelona: la playa de Canet, la playa del Cavaió y la de Roques Blanques.
La más grande de ellas, la de Canet, cuenta con el certificado de Bandera Azul, signo de calidad del espacio y servicio. Se puede llegar a ella fácilmente a pie y en bicicleta y dispone de vigilancia, aseos públicos, duchas, alquiler de hamacas y náuticos, pasarelas y vehículo de salvamento, entre otros.
La playa de Cavaió, más pequeña, también dispone de servicios como pasarelas, duchas, baños, chiringuitos, restaurantes muy cerca y zona de aparcamiento de vehículos. La playa de les Roques Blanques, la más alejada de la localidad, es también un enclave en el que se puede practicar nudismo. Dispone de servicios básicos como vigilancia, duchas, lavapiés y agua potable.