Las relativamente agradables temperaturas de los últimos días invitan a hacer una escapada de fin de semana. La tregua que ha dado el calor, los periodos de vacaciones y el disponer de tiempo libre llaman a hacer las maletas y salir de la masificación de grandes ciudades como Barcelona. En agosto el litoral catalán se llena de personas, por lo que es una gran idea mirar hacia el interior del país, lleno de pueblos y municipios con reminiscencias medievales, a la hora de planear un pequeño viaje de un día, una excursión en familia para respirar, pasear, disfrutar de buenas vistas y buena comida. ¿Y si te decimos que a una hora en coche tienes un municipio presidido por un imponente castillo gótico que se alza majestuoso encima de una colina?
Ubicado en la comarca del Bages, el pueblo de Rajadell destaca por ser uno de esos pueblecitos tallados en piedra que se alza en medio de la naturaleza y, a pesar del paso del tiempo, sigue cuidado como la emergente población que una vez fue. De hecho, este pueblo milenario, de solo 514 habitantes, tiene a su alrededor varias rutas de excursionismo que se adentran en el interior catalán e incluso, a menos de 10 km, se encuentra un tramo del camino de Santiago.
HISTORIA
Todavía se conservan las casas rurales del pueblo y sus alrededores que datan de la época dorada, justo antes de que la plaga de la filoxera se cebara con el cultivo vinícola catalán a finales del siglo XIX.
Siendo un pueblo que se asienta en un cerro, la corona la pone el castillo de Rajadell, una construcción de estilo gótico que data del año 1063. Se trata de una construcción de estilo gótico, alejada de las grandes fortificaciones de la baja edad media y el renacimiento que servía como palacete para la familia noble de la época, la Rajadell y quizá un pequeño destacamento de hombres armados. Y es que este castillo, reconstruido y reformado en varias ocasiones, ha visto mucha acción a lo largo de la historia.
Sin ir más lejos, la familia propietaria participó en guerras como la de Provenza, Navarra, Almería, Cerdeña y Mallorca. El castillo fue atacado por el rey Juan II en su guerra contra la Generalitat de 1441. No mucho más tarde los Rajadell lo venderían a otra familia.
UNA PARADA OBLIGATORIA
Tanto en el pueblo como en sus alrededores podrás disfrutar de la buena gastronomía catalana, pues hay muchos restaurantes que ofrecen de lo mejores productos que la tierra puede dar. Su cercanía con la frontera de la provincia te permite dar el salto a Girona y continuar haciendo una ruta prepirenaica, o desplazarte por otros pueblos de los alrededores, llenos de rincones con encanto.