El metro era considerado el sistema de transporte del futuro para las grandes ciudades. Londres y Nueva York ya contaban con este medio de transporte tan 'moderno', y la capital catalana quería estar al mismo nivel. No fue hasta el fin de la I Guerra Mundial que bancos y empresarios barceloneses se atrevieron a apostar por los proyectos del metro en la ciudad Barcelona.

EL METRO CUMPLE 160 AÑOS

El metro de Barcelona cumple 160 años este 2023. Con un récord de validaciones de los billetes, el principal transporte público de la capital catalana ha vivido un crecimiento exponencial desde que se creó. Si el suburbano nació como conexión entre las zonas altas y el centro de la urbe, con el paso de los años se ha extendido en una enmarañada red de túneles interconectada a escasos metros por debajo del suelo. Tan es así que pocos lugares quedan que no tengan una estación cerca.

Una estación antigua del metro de Barcelona / FUNDACIÓ TMB

Sin embargo, sus inicios fueron mucho más humildes. Lo que hoy en día se conoce como el metro tuvo su origen en la década de 1860 como una línea de ferrocarril que conectaba la zona pudiente de Barcelona con el centro de la ciudad. Posteriormente, ya en la década de 1920, esta línea se soterraría. Así, las primeras estaciones que entraron en funcionamiento fueron Plaça Catalunya, Gràcia, Sant Gervasi y Sarrià, en 1863. 

FERROCARRILES

En 1882, entraría en funcionamiento la estación de Provença y le seguirían La Bonanova (1887), Les Tres Torres (1906) y Muntaner (1908). En 1924, enmarcado en el proyecto de Gran Metropolitano de Barcelona, comenzaría a funcionar una segunda línea, que ahora forma parte de la L3, con, de nuevo, una conexión entre el centro y la zona alta de la ciudad. Ese año se añadieron, partiendo desde la plaza de Catalunya, las estaciones de Passeig de Gràcia, Diagonal, Fontana y Lesseps.

GRAN METROPOLITANO

Un año más tarde, para comodidad de la burguesía catalana, se expandió una estación más para uno de los puntos neurálgicos de ocio y de negocios de la alta sociedad. En efecto, en 1925 se abría la estación de Liceu. Pero el proyecto de una gran red transversal estaba en marcha. En 1926 vio la luz lo que hoy en día es la L1, con las estaciones de Universitat, Urgell, Rocafort, Espanya, Hostafrancs, Plaça de Sants, Mercat Nou y Bordeta, así como Urquinaona y Jaume I, hoy en día parte de la L1 y L4.

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