El Gran Hermano solitario: Andrea, la artista que 'desnuda' su intimidad en un bajo del Raval
Con solo 24 años, la también fotógrafa plantea al público una reflexión acerca de los límites de la privacidad y la intimidad de las personas
4 octubre, 2023 23:30Noticias relacionadas
La mañana pasa en El Raval de Barcelona. Vecinos y visitantes del barrio salen de los comercios, acuden a los restaurantes o siguen con sus quehaceres como un día cualquiera, pero, por el camino, hacen una parada inusual y se detienen ante la esquina de las calles de Paloma y Lleó, donde una joven pasa el día encerrada en un cuarto a la vista de todos. Ella es la artista, pero también la obra. Se llama Andrea Roma, tiene 24 años y 'se expone' en el centro de Barcelona a merced de curiosos, vecinos y turistas.
Se trata de una performance, explica la autora a Metrópoli, con la que pretende "inducir a la reflexión" de aquellos que la observan. En una salita, muy parecida a su actual habitación y plagada con objetos personales, lleva aproximadamente encerrada una semana mientras retransmite en vivo su día a día a través de YouTube gracias a una cámara que cuelga del techo. El espacio forma parte de la galería p3 vitrina y un miembro del staff se encarga de su cuenta de Instagram.
GRAN HERMANO
Se trata de una habitación juvenil, pero sobria, ordenada pero sin negar cierto caos vinculado a la juventud. Una maleta hace de mesita de noche, sobre la que se apoya una vela en proceso de consumir. Sobre la mesa, pequeña pero suficiente para comer o escribir, un tetrabrik de zumo y un cenicero evocan horas muertas y largos periodos de reflexión. Las paredes son un lugar para los recuerdos de la joven. Varios pares de zapatos, muchos de ellos gastados, indican una vida en la que se frecuentan muchos ambientes distintos. Y en el suelo, en un rincón pero sin esconderse, la artista lee un libro a pocos centímetros de ojos desconocidos y lentes de cámaras de teléfono.
Fuera de la salita, cuyo interior es totalmente visible gracias a los cristales de la fachada, se concentran amigos y compañeros, que pasan a darle ánimos y preguntarle qué tal está. También acude un goteo constante de curiosos que no dudan en hacerle fotos, narrar lo que ven por teléfono o comentarlo con acompañantes. Algunos incluso emiten sus impresiones, quizá ajenos al doble juego de este particular Gran Hermano, pues aunque no lo parezca, ella puede escuchar lo que se dice en el exterior. El público aquí, además de observador, también es observado.
Está sola, pero no aislada, y es que a lo largo de los días algunas personas se acercan, le escriben e interactúan con ella. Roma les responde, les hace fotos o contesta a sus preguntas gracias a una libreta o mediante señas.
CURIOSOS
La joven explica que, en general, "la gente no se lo espera (encontrarla en ese lugar)". "Tengo la impresión de que se ha corrido mucho la voz", observa. Y no se equivoca, ya que varias cuentas en redes sociales como TikTok han compartido la performance, que ha corrido como la pólvora, lo que ha llevado a que cada vez sean más los que se acercan a curiosear. El único momento de intimidad lo tiene gracias a una salida interior, que utiliza solo cuando tiene que ir al baño o ducharse.
Y el verbo curiosear no es accidental, pues la obra trata precisamente de eso. ¿Qué es lo que enseñamos al mundo?, ¿Qué es lo que nos guardamos para la intimidad y la esfera privada?, ¿Nos gusta ser observados?, ¿Nos gusta observar a otros? Todo eso es lo que se pregunta esta obra que tiene mucho de actual, pues para muchos se ha convertido en una parte más del día a día pasar tiempo mirando las vidas de otros --o lo que otros nos quieren enseñar-- con una pantalla de teléfono como escaparate.
PARÁSITOS
Por otra parte, esta obra es una suerte de "devolución" o "respuesta" a una propuesta anterior de la artista llamada Diario de un parásito, una recopilación de vivencias recogidas en un libro tras pasar 30 noches "parasitando" a otras 30 personas, viviendo en sus 30 casas y fotografiando su vida. El concepto ahora, explica Pablo Ciccarelli, uno de los gestores de la galería, es "darle la vuelta a esa misma idea y jugar con la dicotomía entre lo público y lo privado". "Antes ella observaba, ahora la observan a ella", aclara.
El espacio, gestionado por un total de seis personas hasta septiembre de 2024, buscará "exponer algo parecido cada mes, aunque tocando varias disciplinas artísticas". La intención es llevar a cabo obras que jueguen con el voyeurismo.
La performance terminará el jueves, 5 de octubre, a las 20:00 horas, momento en el que Andrea Roma saldrá de esa caja de cristal y volverá a disfrutar de una intimidad a la que ha renunciado durante los últimos siete días. "Esperamos un momento muy emotivo, porque vendrán sus amigos a verla salir", comenta.