Barcelona bate su récord de puestos de castañas. Pese a la anomalía que suponen las temperaturas otoñales registradas hasta la fecha, que provocan que los barceloneses aún vayan en manga corta en pleno octubre, los puestos de castañas y boniatos se han disparado.
El Ayuntamiento de Barcelona ha concedido 58 licencias de puestos de castañas y boniatos para este otoño, la cifra más alta de la última década. Las licencias están repartidas por toda la ciudad y llevan en funcionamiento desde este pasado martes, 10 de octubre.
El año pasado la cifra de puestos de castañas fue de solamente 43, un total de 15 puestos menos que este curso, lo que indica el gran repunte que ha habido den 2023. Estos puestos podrán operar hasta la llegada de la primavera del año que viene.
VALOR CULTURAL
Estas emblemáticas paradas están ubicadas en distintos rincones de la ciudad y son la opción perfecta para refugiarse del frío de los próximos meses y saborear una merienda deliciosa y llena de nutrientes. Desde un punto de vista nutricional, las castañas son una fuente valiosa de carbohidratos complejos, fibra, vitaminas y minerales esenciales, el potasio y folato. Estos nutrientes ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y proporcionan energía necesaria para enfrentar el otoño.
Además de su valor nutricional, las castañas tienen una connotación cultural y emocional. Su aroma tostado y su sabor reconfortante evocan sensaciones de calidez tan características de esta época, que se suma a festividades como la Castanyada y Halloween.
EL BONIATO, UNA OPCIÓN
Para aquellos a los que no les guste este alimento, las paradas de Barcelona también suelen tener otras opciones como los famosos boniatos asados, también muy característicos de los meses de otoño y con un sabor dulce capaz de cautivar a los paladares más exigentes.