Arturo Esteve Manel Manchón Alba Carnicé

"No puedes arreglar Barcelona sin arreglar la Rambla, porque aquí empieza todo", asegura Fermín Villar, presidente de la Asociación Amics de la Rambla, que pone en valor la importancia de esta principal vía para la ciudad. Es uno de los atractivos turísticos de la capital catalana. Sin embargo, para los barceloneses, la Rambla ha perdido su encanto. Villar es uno de los pocos enamorados que quedan de este paseo, golpeado por la masificación y la inseguridad. Ahora, con la ansiada reforma, los vecinos vislumbran el inicio de una nueva vida para la Rambla.

EL FUTURO DE LA RAMBLA

El alcalde Jaume Collboni anunció en octubre de 2023 el avance del calendario en las obras. Tras reformular el plan de la exalcaldesa Ada Colau, los trabajos están previstos que terminen en 2027 en lugar de 2030. Unos plazos que, según Villar, “se cumplirán o estarán muy cerca de cumplirse”. El presidente de Amics de la Rambla confía en la palabra de Collboni, porque considera que la reforma es “una obra de mandato” y que, en caso de terminarse en tres años, supondría un gran logro para el gobierno socialista después de la “mala gestión” de los comunes.

La prioridad en la reforma de la Rambla es que “los barceloneses vuelvan a pasear por ella”, en palabras de Collboni. Algo que puede parecer difícil, pero que Villar insiste en que se puede conseguir siempre y cuando se fomenten actividades dirigidas a los locales. Desde la Asociación han impulsado, junto con la empresa GetYourGuide, un plan para atraer a los barceloneses a través de actividades culturales. Bajo el lema ‘La Rambla. Un nou model de Turisme Urbà’, se pretende “buscar cosas que vayan orientadas a la gente de Barcelona”, como ya hacen con el Tast a la Rambla.

Para Fermín Villar, el hecho de atraer a los barceloneses con nuevas actividades y propuestas no es suficiente. Se debe apostar también por un cambio en la hostelería. Barcelona padece la enfermedad de las “mesas reservadas sólo para comer”. Esta moda de los restaurantes empezó en la Rambla, pero ya se ha extendido en toda la ciudad. “Si un barcelonés no puede tomarse una caña en la Rambla es un fracaso”. Un fracaso que Villar atribuye a la “falta de ayuda por parte del Ayuntamiento y del sector privado y a la normativa”.

Fermin Villar durante la entrevista con Metrópoli SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

El presidente de la asociación señala que, aunque la Rambla tiene que volver a ser de los barceloneses, esto no pasa por una expulsión de los turistas. “Cuando Barcelona no era turística, la Rambla ya lo era”, recuerda Villar. “Nosotros no renunciaremos nunca al turismo, porque sería injusto”, asegura.

De hecho, Villar critica que la ciudad "no quiere que se masifique la Rambla", pero que desde las administraciones no se hace nada para evitarlo. "No hay atractivo más allá de Paral·lel, no se ha hecho la conexión fácil entre el Moll del Rellotge y el Maremagnum porque no querían que llegasen los turistas a la Barceloneta... Al final, sólo hacen que subir y bajar la Rambla".

LA PÉRDIDA DE LA BOQUERIA

La nueva Rambla debe atraer a los barceloneses, pero también debe reencontrarse con sus vecinos, que dicen ser “expulsados”. Un gran ejemplo de esta pérdida del alma de barrio es el estado en el que se encuentra la Boqueria. Un mercado que era el punto de encuentro comercial de los vecinos se ha convertido en un espacio que vende “pinchos de longaniza”. “Nosotros ya lo advertimos. La gestión de la administración es muy mejorable”, asegura Villar. Los que conocen bien la Boqueria como Fermín saben que el espíritu del mercado sigue ahí, escondido en pequeños comercios que todavía se resisten a desaparecer, aunque “hay que hacer un esfuerzo para encontrarlos”.

Entrada al mercado de la Boqueria de Barcelona AJ BCN

COFFEE SHOPS, LA PRINCIPAL CAUSA DE LA INSEGURIDAD

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan, no sólo los vecinos de la Rambla, sino el distrito de Ciutat Vella en general, es la inseguridad. El barrio sufre un empacho de coffee shops y de personas drogodependientes en la calle que, según Villar, son un ejemplo claro de que Barcelona “ha perdido el control del espacio público”. “No puede ser que haya personas pidiendo dinero para drogas. Es un error decir que esta gente tiene derecho a ocupar el espacio público porque no tienen necesidades sociales de verdad”, denuncia.

Fermin Villar de Amics de la Rambla SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Con la entrada de Albert Batlle como nuevo concejal de distrito, además de ser el responsable de Seguridad en Barcelona, han notado una mejoría. Batlle es gato viejo, y sabe cómo se debe actuar. “Con el anterior gobierno estaba atado de manos, pero ahora estamos mucho mejor”, asegura Fermín. No obstante, reconoce que todavía queda “mucho trabajo por hacer”.

EL IMPACTO DEL TURISMO

Durante el pasado mandato, los cruceros fueron una de las polémicas más debatidas en Barcelona. Una de las propuestas de los comunes era limitar el número de cruceristas que llegaban a la ciudad, algo que Villar ve como una “criminalización del sector”. Para el presidente de Amics de la Rambla, toda actividad es buena “si se gestiona de la mejor manera posible”. Para algunos comerciantes de la zona, los cruceristas de día --que no pernoctan en la ciudad-- suponen un impacto positivo. No obstante, Villar admite que “hay una saturación puntual cuando llega un barco”.

Otro de los eventos de mayor impacto en la ciudad será la Copa América de Vela, que comenzará en agosto de 2024. Fermín Villar celebra que se organicen eventos de esta magnitud en Barcelona, y asegura que será “un escaparate brutal”. No obstante, no comparte el modelo de turismo que atraerá este evento deportivo: “La Rambla no se puede reflejar en el turismo de elite, sino que tiene que ser un paseo para todos”.

"DONDE EMPIEZA TODO"

La reforma de la Rambla es una obra inédita. Arquitectos y urbanistas aseguran que no se volverá a ver algo así en 100 años. Los vecinos esperan que con este gobierno, Ciutat Vella se convierta en un todo. "Barcelona es la Rambla", concluye Villar.

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