El mercado de Sant Antoni es uno de los más icónicos de Barcelona. Con más de 142 años de historia, este edificio diseñado por el arquitecto Antoni Rovira i Trias está catalogado como Bien Cultural de Interés Local. Sus más de 225 paradas no son el único punto de atracción turística; también lo es Messala, una pata viral en redes sociales que tiene su propia parada y que causa furor en el barrio."Es muy buena y obediente," dice Carlos, su dueño, en declaraciones a Metrópoli.
El tendero lleva prácticamente toda su vida vendiendo bolsos y gorros en el mercado y le encantan los animales. Ha tenido mascotas de todo tipo, incluso una tarántula. Su prima tuvo un pato y la experiencia fue muy positiva. "Me dijo que era como tener un perro, así que no lo dudé y me fui al mercadillo a comprar uno. Ya han pasado casi dos años desde entonces", explica con nostalgia.
MESSALA, UNA VENDEDORA MÁS EN EL MERCADO DE SANT ANTONI
A la mujer no le faltaba razón. Messala es como un perro guardián y sigue a su dueño a todas partes. "Es como tener cualquier otra mascota, la diferencia es que el piso está un poco más sucio", dice su dueño entre risas. Messala es una pata mimada con afición por refrescarse en el agua, así que Carlos le ha instalado una piscina infantil hinchable en casa para que lo haga. También tiene su propio recipiente para beber y convive con su dueño como si de un can se tratara.
Carlos pasa muchas horas fuera de casa y se niega a que Messala se quede sola. Es por este motivo que un día decidió llevársela a vender bolsos y gorros con él y, desde entonces, se ha convertido en una trabajadora más. "Los clientes flipan, me hacen preguntas de todo tipo. No molesta ni hace ruido y la verdad es que me hace mucha compañía", dice Carlos.
El nombre de Messala no es casual. El hombre es un gran fan de Ben-Hur y Messala es el malo de la película, así que decidió rendir homenaje a la obra de William Wyler bautizando a su mascota igual que el protagonista. El nombre es lo único que comparten. El carácter de la pata no tiene nada que ver con el del antihéroe. Ella es "cariñosa y buenísima", reitera el vendedor de bolsos.
"MESSALA NO SE DESPEGA DE MÍ"
Carlos se asegura de que Messala cuente con todo tipo de lujos durante su larga jornada laboral. La parada de bolsos está en la parte exterior del mercado, en la calle de Tamarit y el ave podría irse volando en cualquier momento. "Es muy rápida, pero sé que no se moverá de aquí. Nunca lo ha hecho, siempre está a mi lado", explica el paradista. Lo cierto es que no tiene ningún motivo para irse. A Carlos le encanta consentirla con comida de lo más variada y con una cama confortable para descansar entre venta y venta. Además, tiene su ración de caricias cuando la pata se lo pide.
La popularidad de Messala ha llegado a tal punto que se ha convertido en un símbolo del mercado. Son muchos los clientes que vienen expresamente a saludarla. A pesar de los tímidos acercamientos, la pata tiene un carácter muy reservado y especial. Solo da rienda suelta a su bondad con Carlos, al que abraza y picotea con cariño. "Solo es así conmigo, el resto no deja ni que se le acerquen", concluye en unas declaraciones a este digital.