La bronquiolitis, una inflamación de los bronquiolos que afecta principalmente a los bebés, se posiciona como una de las infecciones respiratorias más comunes durante los meses de otoño e invierno y es causada por virus. Afecta principalmente a los menores de un año y, en especial, a menores de 6 meses.
Esta patología, caracterizada por síntomas como tos y dificultad para respirar y para alimentarse, puede llegar a ser grave, llevando a complicaciones que requieren hospitalización, e incluso, cuidados intensivos. Suele comenzar como un resfriado, con moco nasal, tos y pocas veces, fiebre. Después de uno o dos días, la tos empeora y el niño tiene una respiración más agitada. Algunos de ellos pueden tener, además, dificultad para respirar y ruidos en el pecho como pitidos o silbidos.
Sin tratamiento específico
La bronquiolitis, en su mayoría de los casos, está causada por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), aunque también existen otros virus responsables menos graves. No existe un tratamiento específico contra esta enfermedad y los antibióticos no son eficaces para el tratamiento de este tipo de infecciones, por lo que el enfoque principal recae en medidas de apoyo para mejorar la respiración del bebé, como la administración de oxígeno a través de diferentes dispositivos.
“Desgraciadamente no tenemos un tratamiento eficaz contra esta enfermedad y sólo podemos ofrecer medidas de apoyo para favorecer que los lactantes afectados respiren mejor y administrarles el oxígeno que necesitan con varias estrategias: como las cánulas nasales, los sistemas de ventilación no invasiva y en pocos casos, los más graves, puede ser necesaria la intubación y ventilación mecánica”, señala el doctor Isidre Casals, coordinador del Servicio de Pediatría del Hospital Universitari General de Catalunya (HUGC).
Fácil contagio
Se contagia principalmente a través del contacto con objetos en los que suelen quedarse gotas de saliva o mucosidad con el virus y luego tocándose los ojos, la nariz o la boca. También puede contagiarse inhalando partículas infectadas provenientes de alguna persona, al toser o estornudar.
La prevención ha sido crucial en la lucha contra la bronquiolitis. Tradicionalmente, se ha enfocado en medidas de higiene, como el lavado de manos, y en evitar el contacto de los bebés con personas infectadas. Sin embargo, en los últimos meses, se ha experimentado un avance significativo en este campo.
Medidas preventivas
“Es muy importante saber reconocer los signos de dificultad respiratoria del lactante que son el tiraje (las costillas se hunden en el tórax del lactante con la inspiración) y la respiración abdominal (el abdomen se hunde con los movimientos respiratorios)”, explica el doctor Casals.
La introducción del Nirsevimab ha marcado un hito en la prevención de la bronquiolitis. Este anticuerpo, que bloquea la infección por el VRS impidiendo la inflamación de los bronquiolos, ha sido incorporado en los protocolos de atención pediátrica. Desde octubre de 2023, se administra a todos los bebés en los primeros días de vida y a los lactantes hasta los seis meses de edad.
Menos ingresos hospitalarios
Este avance ha tenido un impacto significativo y “ha supuesto un cambio muy importante en el panorama de las bronquiolitis con una disminución del número de ingresos y de la gravedad de los cuadros de los lactantes afectados por esta enfermedad”.
La duración del efecto de este anticuerpo es de cinco meses y esto hace que los lactantes más pequeños que son los que tendrían un cuadro más grave estén protegidos”, añade el pediatra de HUGC.