¿Alguna vez te has preguntado cuáles son las paradas más antiguas del metro de Barcelona? Tienen casi 100 años de historia en la ciudad y han marcado un antes y un después en la movilidad.
Desde entonces, sus tramos, y trayectos se han ido ampliando hasta un punto en el que ya no son unas escasas estaciones que conectan algunos puntos de la ciudad, sino una vasta red de líneas que permiten, en algo más de una hora u hora y media, desplazarse con fluidez entre varios puntos de toda el Área Metropolitana. Y es que el metro ya no es solo de Barcelona, sino que también conecta con ciudades como Santa Coloma, Badalona, Sant Adrià, l'Hospitalet, Cornellà e incluso El Prat.
Por supuesto, sus inicios fueron considerablemente más humildes. En 1924, abrían sus puertas cuatro estaciones que conectaban dos zonas céntricas de la ciudad. El recorrido comenzaba en la plaza de Catalunya y finalizaba en la estación de Lesseps, que todavía siguen en activo y forman parte de la línea 3 del suburbano o línea verde.
Así, se puede afirmar que Barcelona no tiene una única estación más antigua, sino cuatro: Plaça Catalunya, Aragó (renombrada como Passeig de Gràcia), Diagonal y Lesseps. El recorrido nació el 30 de diciembre de 1924.
Las transformaciones del metro de Barcelona
Poco después, en 1925, la capital catalana llevaría a cabo su primera ampliación de la línea. El 1 de mayo de ese año vería la luz la estación de Fontana, que se adentraba en la zona alta de la ciudad. El 5 de julio, la línea se ampliaba en la dirección contraria, pues se estrenaba la estación de Liceu. De facto, esta primera línea significaba una conexión directa entre una de las zonas más pudientes de la ciudad y el gran teatro de ópera.
La empresa Gran Metro -oficialmente Gran Metropolitano de Barcelona, SA-, que data de 1921, fue la primera empresa en explotar el primer ferrocarril metropolitano de la ciudad, aunque la primera empresa que se constituyó fue la sociedad Ferrocarril Metropolità de Barcelona, SA, conocida como Transversal.
Proyectos que fracasaron por falta de presupuesto
Años antes, en 1912, el ingeniero Fernando Reyes ya había un proyecto sobre la mesa para comenzar los trabajos en el suburbano. El primer boceto trazaba una ruta que conectaba los distritos de Sant Martí con Sants, pero finalmente quedaron descartados debido a la falta de presupuesto. Este tampoco fue el primer intento ya que, en 1907, los ingenieros Pau Müller y Octavio Zaragoza pidieron una concesión de ferrocarril subterráneo que debía unir la Ciutadella con la Bonanova. De nuevo, la falta de financiación terminó con el sueño del metropolitano antes de que despegara.