El Boliche se ha desvanecido. En marzo, el que es uno de los últimos cines de Barcelona, anunció que bajaba temporalmente la persiana para reformar el interior del recinto. Dos meses después, muchos interrogantes sobrevuelan al establecimiento, y vecinos y cinéfilos ya especulan con la posibilidad de que el adiós sea definitivo.
La sala, ubicada en uno de los mejores emplazamientos de Barcelona, en plena Diagonal, permanece cerrada a cal y canto, y en su interior se acumula polvo, flyers y restos de comida rápida. Una triste estampa que augura los peores presagios.
Una extraña desaparición
El pasado 5 de marzo, el Boliche informó de un cierre temporal, y desalojó el interior del recinto, desmontando la cartelería, los racks de sonido y los altavoces de la sala, según informó el medio especializado Sala Abierta.
Los días posteriores, continuaron las extrañas desapariciones: la página web quedó clausurada, la línea telefónica también fue cerrada y dejaron de publicar tanto en Instagram como en Twitter.
La continuidad, en el aire
Entonces, numerosos usuarios expusieron que, sin estar advertidos de la inminente clausura, compraron entradas para los días posteriores al cierre de la sala y no se les rembolsó el importe. Tampoco había manera de contactar con el cine, pues todas las líneas de comunicación habían sido abandonadas.
Fuentes del sector aseguran a Metrópoli que "el cine no iba precisamente como un tiro", y aunque tenía una buena afluencia, "es posible que se esté planteando si merece la pena continuar".
Dalmau y Mas, propietarios
El cine Boliche fue impulsado por los empresarios catalanes Rafael Dalmau y Alfons Mas, quienes en 2013 apostaron por una cartelera permanente en versión original y subtitulada en catalán. Actualmente, el único propietario es Mas. Antes de ser rescatado por esta aventura empresarial, el lugar se denominaba Cine-Bar Boliche, pero cerró en 2008 debido a la crisis.
El cine, en la avenida Diagonal con Balmes, está en los bajos de la antigua Casa Portabella y dispone de cuatro salas. Los jueves, el cine organizaba una suerte de cinefórum con invitados, en el que todo el mundo tenía su espacio para opinar y debatir sobre films.
El fantasma del Comedia
La especulación sobre su posible cierre también está aupada por el fantasma del Cine Comedia, que bajó la persiana en enero de este 2024 tras 64 años abierto. La familia propietaria del céntrico establecimiento, sito en paseo de Gràcia, busca una nueva vida para el inmueble, después de que Yelmo decidiera dejar de operar.
Con su adiós, el centro de la ciudad quedó huérfano de cines, una situación que se podría agravar aún más si se consuma el adiós del Boliche, pues en el centro sólo sobrevivirían el Aribau Cinema, el Renoir Floridablanca y el Maldà.