El asma, una enfermedad crónica inflamatoria y obstructiva de los bronquios, tiene un impacto significativo en la vida diaria de los niños que lo padecen. Los síntomas pueden interferir con sus actividades cotidianas, aumentar el ausentismo escolar y causar problemas de sueño. Si no se controla adecuadamente, el asma puede limitar la actividad física de los niños.
La prevalencia del asma en España varía según la época del año, afectando entre 3 y 4 millones de personas en total, con un 10% de casos correspondientes a niños. La mayoría de los niños con asma participan en las actividades normales de la infancia, excepto durante las crisis. Un número menor de niños tienen asma moderada o grave y necesitan tomar a diario fármacos preventivos para poder practicar un deporte y jugar normalmente.
Tipos y síntomas
Existen diferentes tipos de asma según los desencadenantes: en menores de tres años, el asma suele ser inducida por infecciones virales; en niños mayores, es más común el asma alérgica y el asma inducida por el ejercicio. Además, el asma se clasifica por su gravedad en leve, moderada o grave, aunque con un buen tratamiento, un asma grave puede pasar a ser leve.
Los síntomas del asma pueden aparecer desde los primeros años de vida, debido a las infecciones víricas y algo más tardía en los casos alérgicos, se pueden manifestar a través de dificultad respiratoria y sibilancias (sonido agudo y silbante), dificultad respiratoria y tos durante el esfuerzo físico.
En algunos casos, especialmente en bebés, el asma se presenta como catarros repetitivos o tos crónica que no mejora con los tratamientos habituales.
Observar las primeras señales
“A partir de que un lactante presenta varias bronquitis, se considera la posibilidad de que posteriormente presente asma", advierte la doctora Lilian Herrera Velasco, Coordinadora de la Unidad de Neumología y Alergia Pediátrica del Hospital Universitari General de Catalunya.
Para alcanzar un diagnóstico preciso, es importante que los pediatras evalúen los síntomas y realicen una auscultación para detectar ruidos de mucosidad o sibilancias en los bronquios, diferenciándolos de un catarro común.
Consejos para los padres
El asma en los primeros tres años de vida es frecuentemente causada por virus. Por ello, es recomendable “evitar llevar a los niños menores de un año a la guardería para prevenir nuevas infecciones que puedan empeorar la enfermedad”, señala la especialista.
Es fundamental mantener el hogar limpio, evitar el tabaco y proteger a los niños de cambios bruscos de temperatura con la ropa adecuada. Para los niños alérgicos, es importante evitar la exposición con su alérgeno como ácaros, hongos, epitelios de animales, etc.
Comenzar a tiempo el tratamiento es fundamental para el control de la enfermedad, y en los pacientes que ya lo llevan, la recomendación principal es no suspender las pautas sin indicación médica, aunque se encuentren en periodos asintomáticos ya que estos periodos ayudan a fortalecer el pulmón en su crecimiento.
La doctora Herrera Velasco recomienda, además, "valorar si hay dificultad para respirar". Los niños con tratamiento indicado por su médico deben usar broncodilatadores para contrarrestar la fatiga y, si los síntomas persisten, acudir a urgencias para su evaluación. Además, es esencial la colaboración del personal escolar para reconocer los síntomas y ayudar a los niños con su tratamiento.
Es importante que los niños realicen ejercicio y si tienen dificultad comentarlo con su médico para adecuar el tratamiento, lo importante es conseguir que el niño tenga una actividad deportiva normal. Para practicar deporte también se necesita la colaboración de los maestros de educación física, para seguirles estimulando a realizar ejercicio y para darles apoyo en los momentos de crisis o síntomas en los que no puedan realizarlo hasta su mejoría.
Existen indicaciones para el manejo del asma en los colegios y es necesaria la preparación del personal del colegio, mantener una relación de colaboración con los padres es muy importante para que los niños crezcan en un entorno seguro.
El asma en los adultos
En los adultos, los desencadenantes del asma son similares a los de los niños, con la adición del asma ocupacional. La prevalencia del asma ha aumentado en los últimos años, afectando actualmente a un 10% de la población, lo que se atribuye a factores como el aumento de virus y la contaminación mundial. Los cambios ambientales y climáticos, así como el tabaquismo y la exposición a alérgenos en el hogar, también influyen en el desarrollo del asma.
Aunque el asma no tiene cura debido una combinación de factores genéticos y ambientales, se puede vivir con normalidad con un buen control de la enfermedad. Si se maneja adecuadamente durante la infancia, es posible evitar un asma grave en la edad adulta. La colaboración estrecha entre el niño, los padres y el equipo médico es esencial para mantener el asma bajo control y asegurar una mejor calidad de vida.