En el mundo de la protección contra el sol, el Factor de Protección Solar (FPS) es un concepto esencial que no solo ayuda a prevenir quemaduras solares, sino que también juega un papel crucial en la reducción del riesgo de cáncer de piel.

Para protegerse del sol, uno de los métodos más efectivos es la aplicación de crema protectora. Sin embargo, cada piel es distinta y cada persona debe utilizar un tipo de producto adecuado en función de su propia sensibilidad. Por ese motivo, es importante entender cómo funciona el FPS y cómo usarlo correctamente para proteger la piel.

¿Qué es el FPS?

El FPS es una medida que indica el nivel de protección que un protector solar ofrece contra la radiación ultravioleta B (UVB), que es la principal responsable de las quemaduras solares y puede contribuir al desarrollo de cáncer de piel.

Este número se refiere al tiempo que se puede estar al sol sin quemarse en comparación con no usar protección solar. Por ejemplo, si normalmente una persona se quemaría después de diez minutos al sol sin protección, un FPS 30 permite estar al sol 30 veces más tiempo, es decir, 300 minutos, sin quemarte.

Elección del FPS según el tipo de piel

“El tono de la piel de cada individuo, conocido como fototipo de piel, varía del I al VI y determina la facilidad con la que la piel se quema con el sol”, señala el doctor Aram Boada, responsable asistencial de Dermatología del Hospital Quirónsalud Badalona. “Sin embargo, la recomendación dermatológica general es usar protectores solares con un FPS de al menos 30”, añade.

Además del protector solar, se deben tomar otras precauciones, como usar ropa protectora, sombreros y gorras y buscar sombra durante las horas pico de radiación solar, que suelen ser entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde.

Aram Boada, dermatólogo del Hospital Quirónsalud Badalona QUIRÓNSALUD

Cómo se calcula el FPS

El cálculo del FPS se realiza en un entorno de laboratorio. “En estos estudios, se aplica una cantidad uniforme de protector solar a la piel de los participantes, que luego se expone a una fuente de luz ultravioleta controlada”, revela el doctor Boada. Concretamente, se mide el tiempo que tarda la piel en enrojecerse con el protector solar en comparación con la piel sin protección.

Para ello, hay que considerar una serie de factores adicionales, como la cantidad aplicada.  Para obtener el nivel de protección indicado en la etiqueta, es crucial aplicar una cantidad suficiente de protector solar. Se recomienda aplicar aproximadamente 2 miligramos de protector solar por centímetro cuadrado de piel. Otro factor a tener en cuenta es la resistencia al agua de los protectores solares. Independientemente de cuál sea, es necesario hacer una reaplicación después de nadar o sudar o cada 2 horas.

Protección de amplio espectro

Es fundamental usar un protector solar de amplio espectro, que ofrezca protección tanto contra los rayos UVB como contra los rayos UVA. Ambos tipos de radiación pueden dañar la piel y aumentar el riesgo de cáncer de piel. 

“Mientras que los UVB son responsables de las quemaduras solares, los UVA penetran más profundamente en la piel y están asociados con el envejecimiento prematuro y el riesgo de cáncer de piel”, aclara el dermatólogo del Hospital Quirónsalud Badalona.

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