Este es el punto más frío de Barcelona en las calurosas noches de verano
Este punto concreto alcanza diferencias de hasta 11 grados con el centro de la ciudad en verano
27 julio, 2024 15:00Barcelona tiene un calor característico, propio del litoral catalán, pero con picos todavía más acentuados que en el resto de ciudades del litoral catalán. Pese a la que la influencia del mar ayuda a atemperar los valores que se registran en la ciudad, las altas humedades hacen de la capital catalana un lugar bochornoso y asfixiante en cada temporada estival.
Pero hay un lugar en el que no solo ocurre eso, sino que no ha habido ni una sola noche tropical. Dicho de otra manera, la capital catalana cuenta con un lugar en el que nunca se ha llegado a los 20 grados ni en verano al caer el sol.
Nos adentramos entre torrentes y rieras de Collserola, entre caminos y senderos que recorren cada día centenares de barceloneses, y entre variedades de árboles y plantas mediterráneas que peinan la sierra de la ciudad. A medio camino entre la cima del Tibidabo y las llanuras del Vallés Occidental, nos encontramos con un punto, conocido como Revolt de les Monges o curva de las monjas, hasta ahora considerado el lugar más frío de Barcelona, tal y como explicó Roberto de Godos en un artículo para Metrópoli.
La diferencia térmica respecto al centro de la ciudad alcanza los 11 grados. Además, desde que se tienen datos continuos, hace ya más de dos años, el Revolt ha conseguido superar, en más de una ocasión, los -5 grados, permitiendo fuertes heladas y temperaturas que tranquilamente se sitúan por debajo de los 0 grados durante la mayoría de mañanas invernales.
El secreto
Este fuerte gradiente térmico que comentamos se debe a diversos factores. Por un lado, a su situación geográfica; se localiza en la vertiente opuesta a la ciudad, por lo que se mantiene ajena a los efectos de la llamada isla de calor y al factor que tiene el mar de regular la temperatura de la ciudad (refrescando durante el verano y atemperando durante el invierno). Esto permite que el Revolt reciba de forma directa el frío procedente de comarcas más interiores.
Además, se encuentra, orográficamente, en el espacio de confluencia de tres torrentes, el Torrent de la Budellera, el Torrent de la Vinassa y el Torrent d’en Cardona, esenciales para que el frío descienda por los mismos, como si de un tobogán se tratara.
Por si esto fuera poco, el frío que llega a través de estos torrentes, habitualmente secos, se queda acumulado en este lugar gracias a tratarse de un punto muy acotado y delimitado por el resto de orografía circundante, a modo de cuenco o pozo natural de frío que destaca como microclima barcelonés.
¿Y cómo son las noches de verano?
Durante el año pasado, Barcelona sufrió hasta 128 noches tropicales con temperaturas mínimas de más de 20 grados. No solo eso; en el centro de la ciudad se llegaron a alcanzar 39 noches tórridas, con temperaturas por encima de los 25 grados durante la noche. Sin duda, unas cifras que contrastan con las de este punto tan peculiar.
Y es que en toda la serie, registrada hasta el día de hoy, no se ha contabilizado ni tan solo una noche tropical. Absolutamente, todas las noches, incluso en el peor año de calor de la historia de Barcelona, el Revolt de les Monges ha disfrutado temperaturas mínimas por debajo de los 20 grados.