¿Es el turismo un problema para los barceloneses? Alba Carnicé

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Los residentes de Barcelona expresan su rechazo al modelo turístico actual y demandan medidas que prioricen su calidad de vida

22 agosto, 2024 23:42
Alba Carnicé Simón Sánchez

Este verano de récord ha vuelto a situar el turismo en el centro del debate público en Barcelona. La celebración de grandes eventos internacionales, como la Copa América de vela, han encendido la discusión sobre si la capital catalana debe promocionarse más al mundo o si ha llegado el momento de plantarse ante la llegada de visitantes. A pesar de que en 2023 todavía no se alcanzaron las cifras prepandemia, algunos sectores turísticos llegaron a su máximo histórico, como los cruceristas, con tres millones de pasajeros.

La masificación de Barcelona provoca quejas entre los vecinos, que reivindican un cambio de modelo en la gestión. De hecho, según el último barómetro municipal, el turismo es la tercera preocupación entre los residentes (13%), una cifra que se ha disparado en unos meses, ya que en el informe de diciembre sólo el 6,3% de los encuestados consideraba que era el problema más grave de la ciudad. Algunos se refieren a ello como un sentimiento turismofóbico. Otros reconocen que, lejos de 'odiar' al turista, la situación ha llegado demasiado lejos.

Los residentes coinciden en que Barcelona ha llegado al límite de su capacidad. Aunque la mayoría de ellos relaciona el turismo con la generación de riqueza, también crecen las críticas a los problemas que comporta, como la masificación, la desaparición de comercio local o el encarecimiento de la vivienda. En algunas de las calles de los distritos con más visitantes, como Ciutat Vella o Gràcia, se pueden leer grafitis contra el turismo. Tourist go home, uno de los mensajes en inglés que se puede leer, ha tenido más eco hasta ahora en la política local que en los flujos de turistas que recibe la capital catalana, que pasan por delante sin apenas inmutarse.

Vecinos paseando por una calle con un grafiti contra el turismo de fondo

Vecinos paseando por una calle con un grafiti contra el turismo de fondo SIMÓN SÁNCHEZ

Paseando por la Vila de Gràcia, un nutrido grupo de jóvenes turistas ocupa una buena parte de la acera, convirtiéndola en una carrera de obstáculos. "Algunos días no salgo de casa", asegura Carmen, una vecina de toda la vida. "Ya no voy a comprar el pan a la fleca porque se ha convertido en una tienda de souvenirs", añade. 

El mismo problema tiene Itziar, que anda buscando como pollo sin cabeza una mercería para que le arreglen la cremallera. "Es misión imposible. Todo se ha convertido en negocios por y para el turismo. El comercio local ha desaparecido", relata a Metrópoli.

Varias personas pasean por Las Ramblas de Barcelona, entre ellas, turistas

Varias personas pasean por Las Ramblas de Barcelona, entre ellas, turistas David Zorrakino - EP

El turismo no sólo afecta al comercio, sino también al aumento del precio de la vivienda derivado de la masificación. Según Jennifer, se tuvo que ir del barrio del Born por los excesivos precios, aunque ahora paga "una barbaridad" por un piso pequeño, explica indignada. "Barcelona está siendo asaltada, sobre todo el centro. Los negocios están hechos para ellos; tiendas cannábicas, de uñas...todo para el turismo", critica la joven.

Aunque también surgen algunas críticas hacia este movimiento que algunos tachan de "turismofóbico". "Yo también viajo y no me gustaría que me hiciesen lo que se ha visto estas semanas", asegura un vecino a este digital, haciendo referencia a los manifestantes que lanzaron agua a los turistas durante la protesta del pasado 6 de julio.

"Es bueno que venga el turismo porque deja dinero en los restaurantes o bares. En realidad, vivimos del turismo. Nos quejamos mucho. Lo hicimos también cuando hubo el covid y todo estaba paralizado", recuerda Conchita, que apuesta por un "equilibrio" entre las dos Barcelona: la turista y la local.

Desconfianza en las medidas del Ayuntamiento

El gobierno municipal de Jaume Collboni es consciente del problema. Por esta razón, ha anunciado varias medidas para mejorar la gestión del turismo en Barcelona. Algunas de ellas son la subida de la tasa turística, el cierre de los pisos turísticos o el Plan EGAen el que se definen los Espacios de Gran Afluencia de la ciudad para minimizar el impacto negativo de la actividad turística. Sin embargo, los vecinos desconfían de estas medidas y consideran que difícilmente van a revertir la situación.

"Cuando las políticas públicas no velan para que las vecinas se puedan quedar residiendo en su casa, además de vender los barrios como ocio turístico, es muy complicado", señala Itziar. "No confío del todo, porque siempre habrá algo con lo que se podrán librar. Se debería haber regulado antes. O lo extingues de raíz o te saldrá por otro lado", denuncia.

Turistas y barceloneses en La Rambla

Turistas y barceloneses en La Rambla EUROPA PRESS

Tampoco confía mucho en ello Jennifer, que cree que subir la tasa turística no funcionará porque "el nivel adquisitivo de los visitantes es diferente y el esfuerzo que les va a suponer será mínimo". "Se tienen que sacar muchas más medidas y no basta con una noticia. Si no lo veo no me lo creo", señala.

¿Qué tipo de turismo aprueban?

Uno de los objetivos del consistorio es atraer un tipo de turista en concreto. El alcalde ha reiterado en varias ocasiones la importancia de priorizar la calidad sobre la cantidad, algo con lo que no está de acuerdo Itziar, que asegura que la raíz del problema está precisamente en esto, la cantidad. Por su parte, Jennifer asegura que "puede venir quien quiera", pero que es necesario que el turismo sea "limpio y respetuoso", más allá de la calidad o su nivel adquisitivo.