La expresión catalana que se usa en Barcelona para decir que algo es un caos: fuera de Catalunya no se entiende

En el día a día de Barcelona, los catalanes tienen una habilidad única para describir situaciones caóticas con expresiones que no siempre son comprensibles fuera de la región. Algunas de estas frases son tan locales que, al escucharlas, pueden dejar a los visitantes perplejos, sin tener idea de su significado. Una de las más curiosas y representativas en este sentido describe el caos de una manera casi caricaturesca, como si la situación fuera tan absurda que resulta imposible no reírse.

Este dicho popular no solo refleja la esencia del humor catalán, sino también una forma ingeniosa de explicar que algo está completamente desorganizado o fuera de control. A pesar de su uso frecuente entre los barceloneses, fuera de Catalunya es prácticamente desconocido, y su traducción literal no arroja demasiada luz sobre su verdadero sentido.

'Can Pixa': el caos en estado puro

La expresión en cuestión es 'Can Pixa', una frase que, literalmente, no tiene mucho sentido en castellano. Sin embargo, para los catalanes, es una forma coloquial y colorida de señalar que una situación está completamente desorganizada, fuera de control, o que quienes deberían estar al mando no logran imponer el orden. En ocasiones, se utiliza una versión más extendida: 'Can Pixa i Rellisca', que añade un matiz aún más absurdo, comparando el desorden con un resbalón tras la acción original.

Origen incierto, uso extendido

Cuando se intenta trasladar esta expresión al castellano, el resultado es casi igual de incomprensible: "Can picha y resbala" no aporta mucho más contexto, y sigue careciendo de un significado claro. A pesar de ello, el dicho es ampliamente utilizado por los barceloneses para expresar su frustración o resignación ante una situación caótica, pero también con un toque de humor que lo hace mucho más ameno.

Panorámica de Barcelona por la noche istock

No existen datos claros sobre el origen de 'Can Pixa', aunque sigue siendo muy utilizada en la actualidad. Su encanto reside, precisamente, en lo absurdo de la frase y en cómo ha sobrevivido a través del tiempo en el argot popular de Barcelona y otras áreas de Catalunya. Es una muestra de cómo las lenguas locales pueden desarrollar expresiones únicas que, aunque difíciles de traducir, capturan perfectamente una idea o sentimiento específico.