El Liceu y el Teatro Real reivindican su papel como referentes culturales y de atracción para Barcelona y Madrid

La cultura le da sentido e identidad a una ciudad. Su preservación es esencial, por eso es tan importante encontrar una oferta capaz de romper barreras y lograr la unión intergeneracional, uno de los principales desafíos del sector cultural en Barcelona. Esta es la conclusión a la que han llegado Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real, Helena Guardans, presidenta del Consejo de Mecenazgo de la Fundació Gran Teatre del Liceu y Juan Arnau, fundador de ElRow en el marco de un debate sobre cultura celebrado este jueves en el ‘II Foro BCN Desperta!’, en el Palau Macaya.

Los representantes de los dos teatros operísticos señalan, sin embargo, que han logrado modelos de financiación y de atracción de público “sostenibles” y que son señas de identidad para las dos ciudades, Madrid y Barcelona.

Unión intergeneracional

“Los jóvenes creen que la cultura es inaccesible”, ha recalcado Juan Arnau. Precisamente, el modelo de entretenimiento que él promueve está estrechamente ligado con el público joven, de los que, señala, “no hablan de cultura”. “Lo nuestro es pura fiesta”, ha añadido. El fundador del festival ElRow ha querido así distinguirse del modelo cultural que promueven, en cambio, el Gran Teatro del Liceo en Barcelona o desde el Teatro Real en Madrid, con una programación más clásica.

Ambos viven por y para la ópera, un género asociado a un público que tanto Guardans como Marañón son conscientes de que deben “ampliar”. “Tenemos que conseguir que consumir ópera sea como salir de fiesta”, ha incidido el presidente del Teatro Real. Una intención para la que el teatro madrileño ya ha empezado a trabajar: “organizamos fiestas después de las funciones”. Marañón ha destacado que esta iniciativa se trata de “un elemento añadido con una capacidad de reacción sobre la gente joven muy positiva”. Además, el Teatro Real también permite asistir a los ensayos de manera gratuita.

Con la voluntad de promover la cultura y atraer al público más joven, el Liceu desarrolla el programa LiceUnder35 destinado a menores de 35 años, una apuesta para adaptarse a las necesidades del público del futuro con una mirada innovadora y abierta. “Desde hace unos años apostamos por óperas más contemporáneas”, ha señalado su presidenta Guardans.

Financiación público-privada

¿Es la financiación público-privada indispensable para la supervivencia de la cultura? “El Teatro Real ha adueñado un modelo único, porque no hay una ópera en el ámbito europeo que tenga solamente un 25% de financiación pública”, ha señalado Marañón, quien además ha destacado que el 60% de los ingresos que genera el teatro es de lo que se recauda en taquilla.

En el caso del Liceu, este también recibe una mayor financiación privada que pública. Así lo ha explicado la presidenta del Consejo de Mecenazgo de la Fundació. “Hay muchas empresas que se integran en la sociedad civil de una ciudad a través de la participación en museos, eventos o exposiciones de la misma”, ha manifestado Guardans.

Juan Arnau, fundador de ElRow, en un debate sobre cultura del ‘BCN Desperta!’ GALA ESPÍN

En este sentido, Juan Arnau ha destacado que trata con un público diferente, “acostumbrado a consumir”. Consecuencia de ello es que “no necesitamos de financiación para sobrevivir”, ha expresado el mismo. “No competimos con festivales españoles, sino internacionales”, ha concluido el fundador de ElRow, una de las mayores empresas de festivales techno del país.

Turismo cultural

“Queremos que la gente venga a las ciudades a consumir cultura, esto también es turismo de calidad”, ha señalado Guardans. “Es importante que haya teatros fuertes porque a la gente le encanta la posibilidad de viajar e ir al teatro”, ha añadido la misma. La presidenta del Consejo de Mecenazgo del Liceu ha remarcado que Barcelona ha tenido que reinventarse culturalmente para seguir siendo una ciudad donde la cultura sea un pilar fundamental, a pesar, ha añadido, “de no ser capital como Madrid”.

METRÓPOLI

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