Los pueblos medievales enamoran por su historia, sus detalles y la sensación de paz que transmiten a sus visitantes. Son muchos los que optan por visitar estos lugares los fines de semana, para desconectar del ajetreo de la ciudad y relajarse dando un paseo entre preciosas calles de piedra. 

En Barcelona, hay un pueblo medieval que enamora a quienes lo visitan, especialmente en Navidad --cuando su encanto se despliega con más esplendor--. No obstante, también es un destino ideal para visitar en otoño gracias a sus rutas de senderismo, su gastronomía y un increíble mirador. 

Mura: a menos de una hora en coche 

Se trata de Mura, ubicado en la comarca del Bages, a menos de una hora en coche de la capital catalana. Este municipio medieval va más allá de un simple paseo por sus calles, ya que ofrece múltiples actividades en su entorno.

Otro de sus encantos es que tan solo viven 250 habitantes, lo que convierte el destino en un pueblo único.

Imagen de una de las callejuelas medievales del municipio de Mura CATALUNYA TURISME

Construcciones del S.XVIII

Destacan monumentos como la iglesia de Sant Martí y la Ermita de Sant Antoni, ambos ejemplos del estilo románico; y el castillo de la localidad, construido en el año 1023.

El núcleo antiguo del pueblo muestra edificaciones ligadas a los oficios tradicionales, como la casa del aceite y la ferretería, además de construcciones emblemáticas como la Tina, erigida en el siglo XVIII.

Imagen de una de las callejuelas medievales del municipio de Mura CATALUNYA TURISME

Senderismo y gastronomía

En las afueras de Mura, se pueden encontrar rutas de senderismo que exploran el corazón de la naturaleza catalana. Estos caminos se detienen en pozas, manantiales e incluso cuevas que atraviesan largas distancias.

En cuanto a la gastronomía, Mura destaca por sus aceites, carnes de excelente calidad, vinos de igual distinción y garbanzos que deleitan los sentidos. Es el lugar perfecto para disfrutar de la cocina catalana tradicional en su máxima expresión.

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