La Casa Pere Company

La Casa Pere Company Ayuntamiento de Barcelona

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Esta espectacular finca está en Catalunya: la casa modernista que deja sin palabras en el centro Barcelona

Un chalé, que recuerda a inmuebles de Viena, se esconde en el corazón del Eixample

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Quien camina por la confluencia de las calles Buenos Aires y Casanova, en pleno Eixample barcelonés, difícilmente se detiene ante la espectacular casa que allí se encuentra.

Tras su sobriedad y elegancia se esconde una de las obras más insólitas —y desconocidas— de Josep Puig i Cadafalch: la Casa Pere Company, un chalé urbano que parece más propio de los Alpes que de Barcelona.

La casa Pere Company en una imagen de archivo

La casa Pere Company en una imagen de archivo Ayuntamiento de Barcelona

Este edificio de 1911, que actualmente acoge el Museo y Centro de Estudios del Deporte Doctor Melcior Colet, es considerado el punto de inflexión en la carrera del arquitecto de Mataró.

Aquí arrancó su llamada época blanca, una etapa marcada por líneas sobrias, decoración contenida y una clara influencia de la Secesión vienesa.

Sí: en pleno corazón de Catalunya, Puig i Cadafalch empezó a mirar hacia Viena.

Puig i Cadafalch en clave centroeuropea

Acostumbrados al modernismo exuberante de la Casa Amatller o la Casa de les Punxes, sorprende encontrarse con esta residencia de volúmenes limpios, tejado a dos aguas y geometría precisa.

Encargada por el empresario textil Pere Company i Molins, la casa rompe con la ornamentación excesiva que había dominado el estilo burgués de la época.

Vista general de la fachada de la Casa de les Punxes

Vista general de la fachada de la Casa de les Punxes

Aquí, Puig i Cadafalch experimentó por primera vez con formas que recuerdan más a Otto Wagner que a Gaudí: fachadas lisas, balcones de hierro forjado sin florituras y un tejado inclinado que podría pasar por el de un refugio de montaña en Baviera.

El mural de la Virgen de la Asunción, obra de Tomás Fontanals, es uno de los pocos elementos decorativos que sobrevive en la fachada y un guiño sutil a las nuevas corrientes artísticas del norte de Europa.

Historia de una casa camaleónica

La Casa Pere Company no solo es especial por su estética: su historia es casi tan densa como la de la ciudad que la rodea.

Tras ser vivienda familiar hasta 1920, fue adquirida por la familia Rosal, también del sector textil. Durante la Guerra Civil fue expropiada y reconvertida en laboratorio policial.

En 1940, el reputado ginecólogo Melcior Colet Torrebadella la compró para transformarla en clínica privada.

Detalle de rejas modernistas de la Casa Pere Company

Detalle de rejas modernistas de la Casa Pere Company WIKIPEDIA

El interiorista Santiago Marco Urrutia se encargó de las obras, que lamentablemente eliminaron la mayor parte del diseño original, salvo una chimenea firmada por el propio Puig i Cadafalch.

Años después, en 1982, Colet cedió el edificio a la Generalitat de Catalunya con una condición: que se convirtiera en un museo del deporte. Así nació el centro que lleva su nombre.

Cerrado, pero con vida interior

Desde 2014, la Casa Pere Company permanece cerrada al público por obras de rehabilitación. Sin embargo, los trabajos han sacado a la luz detalles ocultos durante décadas, como vigas originales camufladas tras falsos techos de los años 20.

También se ha recuperado el blanco níveo de la fachada y restaurado cuidadosamente los esgrafiados decorativos que adornan el edificio.

A pesar de no poder visitarse por dentro, la casa sigue sorprendiendo a quienes se detienen a observarla.

Su presencia es discreta, pero poderosa. Una rareza en la producción de Puig i Cadafalch que, más de un siglo después, sigue desconcertando con su mezcla de modernismo catalán y elegancia vienesa.

Porque sí, esto parece Viena, pero está en Barcelona. Y lo firmó uno de los grandes genios del modernismo.