Desde hace días, la solidaridad inunda las calles de Barcelona. El temporal de la DANA, que ha dejado a Valencia sumergida en barro y desolación, ha desatado una respuesta masiva y espontánea de ayuda en la capital catalana. Decenas de puntos de recogida de alimentos y materiales se han activado en cada barrio, y detrás de cada uno de ellos hay historias de voluntarios como Esther, Luis, Lídia y Valeri, que han dejado sus rutinas a un lado para ponerse al servicio de quienes más lo necesitan.
La Iglesia, a rebosar de productos
Desde que comenzó esta situación, Luis ha estado colaborando activamente como voluntario en el punto de recogida de alimentos y productos para Valencia en la Iglesia Hillsong de la calle Perú 122. Ha presenciado de primera mano la solidaridad y generosidad de la comunidad, no solo de los vecinos del barrio, sino de toda Barcelona, que han respondido con "gran entrega y apoyo".
Además, Luis tuvo la oportunidad de conducir una de las furgonetas cargadas con los suministros, lo que le permitió ver directamente la situación en los lugares de destino. Describe esa experiencia como una "mezcla de emociones intensas", donde, aunque la tragedia es evidente, también resulta conmovedor observar la manera en que las personas se movilizan para ayudar.
Valeri es otra voluntaria del punto de recogida. Su compromiso es firme: "seguiremos aquí hasta que haga falta", reconoce orgullosa a Metrópoli. Su idea es no sólo responder a la emergencia inmediata, sino también ofrecer apoyo a medio y largo plazo.
Valeri cuenta que la solidaridad ha llegado más allá de Barcelona. Personas de otras ciudades se han acercado a colaborar, lo cual ha sido “una pasada”. Cada día envían furgonetas llenas de suministros, la mayoría conducidas por voluntarios, y hasta ahora han logrado enviar más de 28, con un promedio de cinco o seis diarias.
Los artículos más solicitados no son ropa, sino equipamientos específicos para ayudar en las labores de limpieza y recuperación: calcetines limpios, mascarillas, botas, rastrillos, y otros elementos necesarios para seguir quitando barro.
Al esfuerzo de Luis y Valeri se suma el de Esther. Aunque estaba de vacaciones este fin de semana, decidió regresar para ayudar y formar parte de esta labor. Cuenta que la respuesta de la gente la ha impresionado profundamente. Comparte el mismo sentimiento que Luis, una mezcla de emociones, ya que se siente agradecida y reconfortada por la solidaridad de los barceloneses, pero al mismo tiempo, hay una sensación de tristeza al recordar que esta movilización es consecuencia de una tragedia.
Unión de los comerciantes en Sant Antoni
Desde el pasado sábado, 2 de noviembre, la asociación de comerciantes SOM Sant Antoni ha organizado un punto de recogida en la avenida Mistral 12 para canalizar donaciones hacia Valencia. En apenas dos días, más de 500 personas han acudido al punto solidario, aportando una amplia variedad de productos: medicamentos, alimentos para bebés, productos para animales y opciones específicas para celíacos, entre otros.
Según explica Lidia a este digital, la respuesta de los vecinos ha sido abrumadora: "Nos han invadido de solidaridad. En solo una mañana pueden llegar a salir dos furgonetas cargadas rumbo a Catarroja." Sin embargo, ahora desde los puntos de recepción solicitan especialmente botas de agua, guantes y escobas duras, artículos indispensables para las labores de limpieza y reconstrucción en las zonas afectadas.
El equipo de voluntarios se encarga de clasificar las donaciones, organizándolas por categorías en cajas y, si es posible, decorándolas con dibujos. "La gente trae sus bolsas y nosotros las distribuimos con mucho cuidado", comenta Lidia.
La recogida estará activa hasta el jueves 6 de noviembre, y cualquier aporte de la ciudadanía será bien recibido para seguir apoyando a las personas afectadas en Valencia.
La labor de estos voluntarios es invisible para muchos, pero esencial para quienes han perdido todo. La carga emocional es intensa, pero ninguno de ellos se plantea parar. "Esto va más allá de una simple recogida de material. Se trata de estar ahí, de que la gente en Valencia sienta que no están solos", dice Esther. Cada caja que colocan en una furgoneta es una muestra de cariño, un mensaje de ánimo que viaja kilómetros para alcanzar a quienes están reconstruyendo su vida.
Las bibliotecas públicas se suman a la recogida
En coordinación con el Banco de los Alimentos, 14 bibliotecas municipales distribuidas en todos los distritos de la ciudad habilitan puntos de recogida de alimentos básicos y productos de primera necesidad para enviar a las zonas afectadas por las inundaciones de Valencia.
Los productos que se recogen preferentemente en estos puntos deben estar envasados y son los siguientes: leche, conservas y comida precocinada, alimentos infantiles, pañales para bebés y productos de higiene femenina. Las donaciones se pueden hacer hasta el viernes 8 en el horario habitual de los equipamientos.
Barcelona ha vuelto a demostrar que, en tiempos de necesidad, es una ciudad generosa y empática, una ciudad donde la solidaridad no entiende de fronteras.