Masía Ca l'Arnó de Barcelona

Masía Ca l'Arnó de Barcelona Inma Santos

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La última masía del S.XVII que resiste en Sant Martí: la lucha vecinal la rescató del derribo

La lucha vecinal la rescató del derribo la última masía de Sant Martí de Provençals en activo como explotación agraria para convertirla en 1992 en una ludoteca para el barrio

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Imaginaos un pequeño oasis de calma en medio del bullicio de Barcelona, una cápsula del tiempo que te transporta a una época en la que Sant Martí de Provençals era un núcleo rural a las afueras de la ciudad, un mosaico de campos salpicado de masías.

De las muchas que hubo, hoy solo se mantienen Can Cadena, Can Planas y esta frente a la que nos encontramos, Ca l'Arnó, la última masía que abandonó el cultivo de las tierras en Sant Martí de Provençals.

Ca l'Arnó, ubicada en la calle Menorca, 21, está catalogada como bien cultural de interés local, esconde en sus paredes siglos de historias. Formaba parte del conjunto de masías que rodeaban la iglesia y formaban parte del núcleo antiguo de Sant Martí de Provençals.

Masía Ca l'Arnó de Barcelona

Masía Ca l'Arnó de Barcelona Inma Santos

Propiedad del general Mansó

Una lápida grabada nos recuerda su existencia desde 1689, aunque algunos murmuran que incluso podría ser anterior. Se dice, aunque no hay pruebas concluyentes, que en algún momento fue propiedad del general Mansó, un personaje que pasó de molinero a héroe en la Guerra de la Independencia.

Pero la historia de esta masía no trata solo de generales y de fechas antiguas. El nombre por el que se la conoce hoy corresponde al último propietario que la habitó.

El masover Isidre Crusens, matuvo en activo la masía en la que nació y murió su padre en 1954 con 88 años. Cultivó las tierras que la rodeaban y vendió sus productos en el mercado del Clot hasta 1982, cuando el Ayuntamiento adquirió la propiedad.

Joya arquitectónica

Ca l'Arnó es una masía típica del siglo XVII, de líneas sencillas, con planta baja y un piso, cubierta a dos aguas y fachadas encaladas. Uno de los portales es cuadrado y el otro, un arco de medio punto con dovelas.

Pero lo que más llama la atención en la fachada principal es un ventanal gótico trilobulado, una joya arquitectónica que tal vez pertenezca a una construcción más antigua.

Monumento romano

De hecho, en 1989, el historiador Josep de la Vega descubrió dos sillares de época romana reutilizados como parte del marco de esa misma ventana gótica. ¿De dónde vinieron?

De la Vega sugiere que podrían ser restos de algún monumento funerario romano, una práctica común en la época, cuando estos solían ubicarse junto a los caminos.

Ludoteca Ca l'Arnó de Barcelona

Ludoteca Ca l'Arnó de Barcelona Ayuntamiento de Barcelona

La masía que resiste

A medida que la ciudad crecía, el paisaje rural de Sant Martí se fue transformando. A finales de los años 50, este territorio agrícola se convirtió en el germen de un barrio nuevo, y la lucha de los vecinos por mantener en pie sus masías fue admirable.

Las masías dieron paso a edificios de viviendas y fábricas, pero Ca l'Arnó se resistió a ser absorbida por el progreso.

En 1982, las excavadoras municipales empezaron a demoler Ca l'Arnó, pero la acción de los vecinos detuvo la destrucción. Un campamento de trabajo internacional en 1988 reunió a voluntarios de todo el mundo para restaurar la masía.

Ludoteca infantil

En 1992, esta casona que, según algunas fuentes, perteneció al general Mansó, y que se convirtió en la última masía activa de Sant Martí de Provençals, dejó las armas y los aperos de labranza para el recuerdo y se convirtió en ludoteca infantil.

Desde entonces, este pedacito de historia del barrio ha consagrado su misión a educar a niños de entre 4 y 16 años a través del juego.