
Vistas del barrio de la Clota, que surgió de una masía y conserva su esencia rural
Ni turistas ni coches: este es el pequeño barrio de Barcelona menos concurrido de la ciudad
Horta-Guinardó esconde un 'Guernica' en un edifico histórico situado entre el Carmel y Vall d'Hebron
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Barcelona esconde un barrio que ha resistido el paso del tiempo y los avances urbanísticos con una firmeza inquebrantable. Se trata de un pequeño enclave donde los vecinos se conocen de toda la vida, las construcciones rara vez superan las dos plantas y la oferta de bares es mínima. Se trata de La Clota.
A pesar de ser uno de los barrios con menor desarrollo urbanístico, La Clota presume de una historia que se remonta siglos atrás, de la mano de la masía Tarrida. Esta casa rural del siglo XIII desapareció en los años 80 con la construcción de la avenida Estatut de Catalunya.
Entre el Carmel y Vall d’Hebron, la Clota hace referencia al término catalán clot, los puntos donde se acumulan aguas subterráneas y generan fértiles terrenos para el cultivo.

Desarrollo urbanístico
Mientras otros barrios de la ciudad, como Poblenou o Sants, crecían con la industrialización, este rincón del distrito de Horta-Guinardó permanecía prácticamente intacto.
Ni siquiera el auge inmobiliario de los años 60, que trajo consigo grandes bloques de viviendas, logró modificar su esencia.
El barrio más pequeño
En 2006, el Plan de Barrios redefinió la división territorial de la ciudad, estableciendo 73 barrios en total. Fue en este proceso que La Clota quedó delimitada dentro de un triángulo formado por la calle Lisboa y las avenidas Estatut de Catalunya y Cardenal Vidal i Barraquer.
Con solo 17,8 hectáreas, es el barrio más pequeño de Barcelona y el menos poblado, con apenas 1.040 habitantes, lo que contrasta notablemente con la densidad de otros sectores más concurridos.
Ni tráfico ni turistas
La Clota es el barrio perfecto para los que desean alejarse del bullicio de la ciudad. Es poco común ver turistas por sus calles, a menos que estén en busca del Pabellón de la República o alguna de las esculturas de la Vall d’Hebron.
Además, sus vías estrechas hacen que apenas circulen coches, mientras que las casas de baja altura conviven con pequeños huertos que han sido cultivados durante generaciones.
Lugares de interés
Pese a su tamaño reducido, el barrio cuenta con algunos elementos arquitectónicos dignos de mención. Entre ellos destaca la torre-mirador ubicada en la intersección de las calles Capcir y Puríssima.
Construida en 1922, esta estructura cilíndrica fue ideada para que la esposa de su propietario pudiera disfrutar de vistas al mar en una época en la que el horizonte aún no estaba bloqueado por edificios.
Otro punto de interés es la Torre Jussana, una elegante mansión neoclásica del siglo XIX que funcionó como escuela hasta los años 80 y que actualmente alberga el Centro de Servicios a las Asociaciones.
El 'Guernica' desconocido
Asimismo, Ca l’Andalet, una masía que data de 1675, logró evitar la demolición en los años 90 y hoy es la sede de Barcelona Activa.
En la frontera entre La Clota y Vall d’Hebron se alza el Pabellón de la República, diseñado por Josep Lluís Sert para la Exposición Universal de París de 1937 y edificio que exhibe una reproducción del Guernica de Picasso.
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