Mostrador de uno de los muchos Vivari que tiene la ciudad de Barcelona

Mostrador de uno de los muchos Vivari que tiene la ciudad de Barcelona Vivari

Economía

Los economistas alertan sobre la fiebre de las macropanaderías en Barcelona: un sector "subvencionado" que "no aporta riqueza"

Varios expertos destacan la aceptación social que tienen estos negocios que llenan los huecos que, en muchos casos, dejaron comercios tradicionales en ciudades como Barcelona, a pesar de la poca aportación económica

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Barcelona cambia de manera constante. También lo hace su tejido urbano y, por supuesto, su tejido económico, entroncado en las grandes empresas con sede en la capital catalana, pero también con los pequeños comercios tradicionales, que de un tiempo a esta parte se encuentran en recesión.

Ese espacio lo ocupan, cada vez más, nuevos modelos. Comercios que vienen a ocupar los huecos que dejan los comerciantes con cada cierre. Entre los más visibles están las macropanaderías-cafeterías, con más de 400 establecimientos en la ciudad.

También los supermercados 24 horas. Ambos casos polémicos por cuestiones como no siempre ajustarse a licencias de uso, pero también por su alta capacidad de expansión.

Negocios subvencionados

Más allá del impacto visual que puede tener para la ciudad la proliferación de este tipo de locales, el economista Miquel Puig ha querido destacar que son "negocios subvencionados", entendiendo el término de forma indirecta.

"Vivimos un estado del bienestar, lo que significa que, con los impuestos de todos, se subvencionan una serie de servicios que son iguales para todos, como el acceso a la sanidad pública. Los trabajadores que ganan más, aportan de forma proporcional y pagan más que los que menos ganan", introduce.

Panadería Vivari de la calle Consell de Cent, en el Eixample

Panadería Vivari de la calle Consell de Cent, en el Eixample SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

De esta manera, un modelo de negocio que tiene una evidente capacidad de expansión y, por ende, se da por hecho que "genera beneficios" de forma intrínsecamente relacionada con bajos salarios implica que "el empresario no paga por sus trabajadores lo que cuestan".

Dicho de otra manera, se trata de un modelo en el que la sociedad suple lo que los trabajadores de empresas no pueden aportar al erario público.

Todo esto, "descartando aquellos modelos que no se acogen a la legalidad y convenios", casos, considera, que "deben resolverse con las pertinentes denuncias e investigaciones por parte de Inspección del Trabajo".

Cabe también preguntarse si este modelo "contribuye a su entorno", es decir, si "satisfacen una necesidad de la población" o "por poner un ejemplo, existen para que un turista tenga acceso 24 horas a comprar un souvenir", reflexiona.

Subir los sueldos

Para el economista, se trata de una situación "que deben asumir las autoridades competentes en la materia" con una solución que ve clara: "aumentar los salarios de los trabajadores". Así, se mejora su capacidad adquisitiva y "los impuestos recaudados", pudiendo aportar más al mantenimiento de los servicios públicos.

La nueva macropanadería de Santa Gloria en Barcelona

La nueva macropanadería de Santa Gloria en Barcelona Cedida a Metrópoli

Para Modest Guinjoan, también economista y autor del libro Creixer o progressar, es importante tener en cuenta otros factores que determinan la capacidad de expansión de dichos comercios.

Sustitución del comercio tradicional

Barcelona, como otras urbes, sufre una "sustitución de los negocios urbanos". Cada vez es más difícil encontrar ese modelo de una tienda regentada por el vecino, al que se conoce de toda la vida. Ello se debe, valora, a dos factores determinantes: la "falta de relevo generacional y la baja rentabilidad de los negocios".

Locales de uñas, de telefonía, macro-panaderías, bares, supermercados 24 horas, peluquerías... son muchos los ejemplos de negocios en los que el emprendimiento ha cambiado de manos con capital, en buena medida, que proviene de origen extranjero.

Locales de El Taller, 365 y Vivari en la avenida del Paral·lel

Locales de El Taller, 365 y Vivari en la avenida del Paral·lel Simón Sánchez

Y ¿Cómo lo hacen para expandirse con tanta rapidez? En el caso de las grandes cadenas, teoriza, una forma puede ser mediante establecimientos franquiciados. La inversión corre a cargo de un particular, la firma genera un beneficio y suministra producto, mientras que el propietario del establecimiento se encarga de que "los números salgan".

Una oportunidad para los migrantes

Acepta que "es una forma de encontrar trabajo rápido, sobre todo para aquellas personas con opciones limitadas por su situación personal". Es el caso de los migrantes que "salen de sus países de origen en busca de una mejor vida".

Sin embargo, estos modelos son "de generación de renta baja. No generan riqueza y pagan salarios muy bajos a los trabajadores. No contribuyen a la mejora de la economía del país", opina.

Interior del SUN de la esquina entre las calles de València y Rogent de Barcelona

Interior del SUN de la esquina entre las calles de València y Rogent de Barcelona SUN Bakery & Coffee

El catedrático de Economía de la Universitat de Barcelona, Gonzalo Bernardos, destaca que el secreto para que funcionen negocios como las macro-panaderías se basa en el bajo coste y el alto margen de beneficio que generan.

Ajustarse a licencias de uso

En el caso del café, por ejemplo, el 85% son beneficios. Cada uno de estos negocios "pone como mucho unos 250 euros de producto en el mostrador. El coste es muy bajo", por lo que "con tener un mínimo de clientes asegurados" es fácil generar beneficios.

En lo referente al empleo, coincide con el resto de expertos consultados que "genera trabajo", aunque "son puestos de bajo valor añadido". ¿Qué hacer con estos comercios? Ajustar las licencias para eliminar la competencia desleal a bares y restaurantes. "En este sentido, lo que propone el Gremi de Restauració es acertado", sentencia.

Dos modelos: calidad contra precio

Sí diferencia, concretamente, dos clases de panaderías-cafeterías. Unas marcas que han apostado por un producto de más calidad para diferenciarse y ganar clientela fija y otro modelo que apuesta por un producto "de peor calidad, pero más barato y de masas".

Insiste, no obstante, en la "aceptación social" de la que gozan estos comercios" gracias, en parte, a modas y hábitos de consumo que han cambiado en Barcelona en los últimos años. "Las pastelerías apuestan por un producto premium y los snack bar de toda la vida han muerto, las macropanaderías-cafeterías han ocupado ese hueco gracias a aglutinar conceptos".

Como Guinjoan, también considera que el sector terminará o equilibrándose o canibalizándose. "Al final, a más empresas y locales, más se repartirá la demanda y menores los beneficios. Yo creo que el modelo ya ha llegado casi al límite", valora.