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¿Qué relación hay entre el deporte y la salud mental?

Mejorar la salud física a través del ejercicio actúa como un escudo contra el estrés y la ansiedad

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En una sociedad cada vez más acelerada y exigente, donde las demandas laborales, académicas y personales parecen multiplicarse sin descanso, el bienestar psicológico se ha convertido en un tema central de preocupación. El ritmo vertiginoso de la vida moderna, marcado por la inmediatez, la hiperconectividad y la presión por el éxito, ha llevado a un aumento en los niveles de estrés, ansiedad y agotamiento emocional.

En este contexto, la salud mental ya no es un aspecto secundario, sino una prioridad que influye directamente en la calidad de vida de las personas, en sus relaciones interpersonales y en su capacidad para afrontar los desafíos diarios. Por ello, cada vez más individuos y organizaciones buscan estrategias para promover el equilibrio emocional, la resiliencia y el autocuidado como herramientas fundamentales para una vida más plena y satisfactoria.

Aunque existen múltiples estrategias para cuidar la salud emocional, el deporte se ofrece como una de las herramientas más efectivas y accesibles. Además de fortalecer el cuerpo, también moldea la mente, brindando beneficios inmediatos y a largo plazo que van más allá de la simple actividad física. 

Bienestar instantáneo

El impacto positivo del deporte en la salud mental se percibe casi de inmediato. La actividad física estimula la liberación de endorfinas, conocidas como "las hormonas de la felicidad", que generan sensaciones de placer y reducen la percepción del dolor. "La conexión entre el deporte y la salud mental es fundamental", señala Ibai Arregui, neuropsicólogo del Hospital Universitari General de Catalunya.

Ibai Arregui, neuropsicólogo del Hospital Universitari General de Catalunya

Ibai Arregui, neuropsicólogo del Hospital Universitari General de Catalunya QUIRÓNSALUD

En un mundo marcado por el estrés, el ejercicio también desempeña un papel crucial en la reducción de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. En exceso, esta sustancia puede alterar el metabolismo celular y contribuir a la fatiga mental. La práctica deportiva contrarresta este efecto, generando una sensación de calma y control sobre las emociones. Además, la satisfacción de completar una rutina de ejercicio refuerza la autoestima y motiva a mantener hábitos saludables.

Resiliencia y prevención

A medida que el ejercicio se convierte en una práctica constante, sus beneficios se profundizan. Diversos estudios han demostrado que la actividad física regular provoca cambios estructurales en el cerebro, especialmente en regiones vinculadas a la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional. Esto no solo ayuda a prevenir trastornos como la ansiedad y la depresión, sino que también fortalece la capacidad de afrontar situaciones adversas con mayor resiliencia.

Otro beneficio fundamental del ejercicio es su impacto en la calidad del sueño. Un descanso reparador es clave para la estabilidad emocional, ya que influye en la capacidad de concentración, la gestión del estrés y el equilibrio hormonal. "Las personas que incorporan actividad física a su rutina pueden experimentar un sueño más profundo y reparador", explica Arregui, subrayando la relación entre deporte y bienestar integral.

El ejercicio en la vida cotidiana: pequeños cambios, grandes resultados

Incluir el deporte en la rutina diaria no requiere sacrificios extremos. Bastan pequeños cambios, como caminar 30 minutos al día, para experimentar mejoras significativas en la salud mental. La clave está en elegir actividades que resulten placenteras y sostenibles a largo plazo. Algunas opciones recomendadas incluyen:● Pilates y yoga: Estas disciplinas combinan movimiento y respiración consciente, promoviendo la relajación y reduciendo la activación del sistema nervioso simpático, responsable de las respuestas de lucha o huida.
Correr o caminar: Ejercicios aeróbicos que estimulan la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores clave para el equilibrio emocional.
Bailar: Una actividad que, además de mejorar la condición física, fomenta la creatividad y la interacción social, elementos esenciales para la salud mental.
Deportes en equipo: Fomentan las relaciones interpersonales y generan una red de apoyo, fundamentales para combatir la soledad y mejorar la autoestima.
Ciclismo: Actividad que combina esfuerzo físico con disfrute del entorno, reduciendo el estrés y promoviendo el bienestar general.
Natación: Mejora la resistencia cardiovascular, fortalece la musculatura y favorece la coordinación y la respiración, además de ser una excelente herramienta para aliviar tensiones.