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Audiencia de Barcelona en una imagen de archivo Europa Press

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Declaran culpable al hombre que asesinó a su expareja en Barcelona tras años de acoso

El jurado ha considerado probado la premeditación del crimen tras considerar una prueba clave del compañero de celda del acusado, que ha explicado que le confesó el crimen y que la víctima "era merecedora"

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Un jurado popular ha declarado este jueves, 8 de mayo, culpable por unanimidad a un hombre acusado de asesinar a su exnovia el 21 de marzo de 2022 en el barrio de El Clot, en Barcelona, tras años de control, violencia y amenazas.

El tribunal ha considerado probadas la premeditación del crimen, una agravante de género y otra de parentesco, mientras que solo ha aceptado la atenuante de confesión, ya que se entregó en la comisaría de la Guardia Urbana. 

Según el veredicto leído en la Audiencia de Barcelona, el acusado estranguló a la víctima con un cable o una cuerda, causándole la muerte por anoxia encefálica, sin que ella pudiera defenderse. Estaba "desprevenida" y "confiada" por encontrarse en lo que fue su hogar durante casi ocho años y superada físicamente por su agresor.

El jurado ha concluido que el acusado supo en todo momento lo que hacía y que mantuvo la presión durante los dos minutos necesarios para matarla. Los miembros del tribunal han considerado que la atacó de forma "violenta y brutalmente". 

Edificio de la Audiencia de Barcelona en una imagen de archivo

Edificio de la Audiencia de Barcelona en una imagen de archivo EP

Una de las pruebas clave ha sido el testimonio de su compañero de calabozo, a quien el acusado confesó: “Si no era para mí, no sería para nadie”, y aseguró haber sentido cómo “se le iba la vida de las manos”. También añadió que “a lo hecho, pecho” y que ella "era merecedora de ello".

Violencia sistemática y control extremo

Durante el juicio ha quedado probado que la relación sentimental con convivencia se prolongó desde 2014 hasta finales de 2021, y que fue marcada por un ciclo constante de control, insultos, amenazas y agresiones físicas y psicológicas.

De esa unión nació un hijo, y tras la ruptura, el acusado intensificó su acoso, llamándola hasta 50 veces al día, siguiendo sus pasos y coaccionándola para que regresara al domicilio o no saliera sin su permiso.

El jurado también ha dado por demostrado que el acusado aisló progresivamente a la víctima de su entorno, la vigilaba de forma continua, y llegó a encerrarla en casa en varias ocasiones. En al menos una oportunidad, la amenazó con un cuchillo. Las agresiones fueron presenciadas en algunos casos por el menor y reconocidas por su entorno cercano, que ha declarado haber visto lesiones compatibles únicamente con episodios de violencia.

Miedo

El clima de miedo se agravó días antes del crimen. El 16 de marzo, le arrojó cerveza en la cabeza. El 17, se presentó en la comisaría mientras ella denunciaba y la amenazó a la salida del trabajo. El 18, ella amplió su denuncia y solicitó una orden de protección. El 21, día en que debía ratificarla ante el juzgado, fue asesinada.

Edificio de la Audiencia de Barcelona

Edificio de la Audiencia de Barcelona ARCHIVO

Según el jurado, el comportamiento del procesado tenía "la finalidad de absoluta dominación hacia ella, con claro desprecio de su dignidad como mujer, tendente a lograr que la madre de su hijo viviera atemorizada, cohibida y sumisa, y limitada en su libertad".

Sin atenuantes de salud mental

El jurado ha rechazado que el acusado actuara bajo un arrebato, ni que su capacidad estuviese mermada por consumo de alcohol o drogas, como sostenía su defensa. Los informes médicos descartan politoxicomanía, y no se detectaron síntomas de abstinencia ni necesidad de tratamiento durante su ingreso en prisión.

Tampoco han creído la versión de que actuó cegado por los celos. Por el contrario, los miembros del jurado consideran que existió una preparación consciente del asesinato, sustentada, entre otras evidencias, por un audio en el que días antes advertía a una de las hermanas de la víctima que planeaba apuñalarla.

La Fiscalía pide 36 años de cárcel

El fiscal, Félix Martín, y la acusación particular, ejercida por la abogada Ana Audera, han solicitado 36 años de prisión por un delito de asesinato con agravantes, malos tratos habituales y acoso.

La defensa, por su parte, pide que se le condene solo por homicidio doloso, con la aplicación de la atenuante de confesión, y solicita una pena de 15 años de cárcel.