Imagen de archivo de la calle del Sant Crist del barrio de Sants de Barcelona
El barrio de Barcelona que antes era un pueblo y ahora es de los más demandados para vivir: con calles comerciales y muchos bares
Se trata de una de las zonas que más se ha reconvertido en el último siglo pero que, a su vez, ha sabido mantener buena parte de su esencia
Rubens llega a Barcelona: una exposición imprescindible para amantes del arte barroco
Sants es el barrio más extenso y antiguo del distrito de Sants-Montjuïc. Sus orígenes se remontan al siglo XIX, cuando la expansión de la industria textil lo convirtió en un polo obrero clave dentro del entonces municipio independiente.
Uno de los elementos más simbólicos de esa etapa es el Vapor Vell, una antigua fábrica que aún conserva su estructura original.
Desde 2001, el edificio acoge una biblioteca y una escuela, transformando su pasado industrial en un equipamiento cultural de referencia.
De municipio independiente a barrio barcelonés
Sants fue un municipio autónomo hasta que, en 1897, se anexionó a Barcelona. El proceso, impulsado por el propio ayuntamiento local, se inició entre 1883 y 1884, y se formalizó con un real decreto firmado por la reina regente María Cristina.
Esa integración marcó un punto de inflexión para el barrio, que ya entonces había experimentado un notable crecimiento demográfico.
Calle de Ibèria en Sants : TWITTER (@JoaquimTorrent)
Entre 1850 y finales de siglo, su población se multiplicó por cinco, impulsada por la industrialización y la llegada de trabajadores de todo el país.
La carretera nueva y el comercio actual
A finales del siglo XVIII, la construcción de la denominada "carretera nueva" estimuló la actividad económica y urbanística de Sants.
Esa vía histórica es hoy la calle de Sants y la calle de la Creu Coberta, uno de los ejes comerciales más largos y activos de Europa.
Imagen histórica del barrio de Sants
En la actualidad, el eje concentra pequeños comercios, cadenas internacionales y mercados municipales, atrayendo a miles de personas cada semana.
Es un claro ejemplo de cómo el barrio ha sabido mantener su espíritu local sin renunciar al dinamismo urbano.
La llegada del tren y la expansión urbana
Otro momento clave para Sants fue la inauguración de su estación de tren en 1875. Esa infraestructura conectó el municipio con el resto de la ciudad y facilitó su progresiva integración metropolitana.
Estación de Sants
La estación de Sants es hoy uno de los principales nodos ferroviarios del país. Pero su impacto va más allá del transporte: supuso un antes y un después en la evolución urbana y económica del barrio.
Santa Maria de Sants: el corazón espiritual
La iglesia parroquial de Santa Maria de Sants es uno de los grandes símbolos históricos del barrio.
Ubicada en el centro antiguo, ha resistido el paso del tiempo como referente religioso y comunitario.
Su presencia remite a la época en que Sants era un pequeño núcleo rural e industrial.
Y, aún hoy, sigue siendo un punto de encuentro habitual para muchos vecinos.
Plaza de Sants: espacio de vida vecinal
La plaza de Sants es otro de los epicentros del barrio, tanto por su ubicación como por su dinamismo social.
Allí se levanta una estatua dedicada al poeta y dramaturgo Joan Pelegrí, y es habitual que se celebren actos culturales, mercadillos o fiestas populares.
La calle Demostènes, en el barrio de Sants de Barcelona
Este espacio, peatonal y bien comunicado, refleja el carácter acogedor y comunitario que define a Sants.
Un lugar donde tradición, cultura y vida cotidiana se entrelazan de forma natural.
Sabores que explican una identidad
La gastronomía también forma parte de la identidad del barrio. En sus calles se pueden encontrar bares tradicionales, bodegas de toda la vida y restaurantes de cocina contemporánea.
Vermut de La Bodegueta de Cal Pep, en Sants
Sants ofrece una variedad culinaria que va desde platos típicos catalanes hasta propuestas internacionales, una fusión que refleja el mestizaje cultural y el dinamismo social del barrio.