Imagen del pantano de Sau
Estado de la sequía en Catalunya: los embalses que abastecen Barcelona resisten pese a la ola de calor
La llegada del verano, el aumento del turismo y las altas temperaturas reactivan la preocupación por el agua, aunque los embalses aún mantienen buenos niveles tras una primavera excepcional
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Catalunya entra en el verano con una mirada puesta a los embalses. Tras dejar atrás una de las sequías más duras en décadas, que obligó a aplicar restricciones sin precedentes, los pantanos de las cuencas internas han iniciado un lento pero claro descenso de niveles debido a la ola de calor, la mayor evaporación y el aumento de consumo vinculado al turismo, las piscinas y la actividad agrícola.
Según los últimos datos de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), los embalses del sistema Ter-Llobregat —clave para abastecer a más de cinco millones de personas en Barcelona y su área metropolitana— se encuentran al 81,2 % de su capacidad, con 497 hectómetros cúbicos acumulados.
A pesar de que la cifra es positiva si se compara con hace un año —cuando apenas alcanzaban el 39,2 %—, supone una caída progresiva frente al 82,9 % registrado hace tan solo dos semanas.
La espectacular cascada que nutre el pantano de Sau
El calor aprieta y el agua se va
El verano no ha hecho más que empezar y ya se deja notar en las reservas. El pantano de Sau, uno de los embalses más emblemáticos de Cataluña y símbolo del pasado reciente de escasez, ha bajado del 68 % al 65 ,08% en apenas una semana.
En estas fechas, los embalses pueden llegar a perder decenas de miles de metros cúbicos al día por evaporación.
En Sau, ese descenso diario puede suponer entre 5 y 10 milímetros de lámina de agua, especialmente en jornadas con temperaturas extremas como las actuales.
A esta pérdida natural se suma el incremento en el consumo doméstico, agrícola e industrial, potenciado por la alta ocupación turística y el uso recreativo del agua. El aumento de duchas, piscinas, riegos y demanda en hostelería presiona un sistema hídrico que, aunque más aliviado que en 2023, sigue lejos de una situación de seguridad estructural.
El pantano de Sau en una imagen de archivo
Recuperación, pero con cautela
La primavera lluviosa fue clave para llenar los embalses. De hecho, este junio se ha cerrado con registros históricos: la Baells se encuentra al 93,17 %, Susqueda al 86,3 7% y Sant Ponç al 86,4 %. Incluso la Llosa del Cavall, que hace un año estaba al borde del 22 %, supera ahora el 81 % de su capacidad.
Sin embargo, los expertos insisten en no bajar la guardia. La mejora es clara respecto a 2023, pero la tendencia ya es a la baja, por lo que se hace hincapié en gestionar el agua con visión de largo plazo, como han venido reiterando los organismos públicos y expertos tras la grave crisis hídrica que se ha sufrido en Catalunya.
Las compuertas del embalse del pantano de Sau
Planes y prevención
Desde la Generalitat, se mantienen activadas medidas de seguimiento, aunque por ahora no se contemplan nuevas restricciones. La recuperación ha permitido relajar las limitaciones impuestas durante la emergencia por sequía, pero el ejecutivo catalán insiste en la necesidad de fomentar el ahorro y el uso eficiente del recurso.
Además, se trabaja en nuevas infraestructuras de desalación y regeneración de agua, junto con campañas de concienciación, especialmente dirigidas al turismo y los sectores económicos más dependientes del recurso.
Catalunya ha superado el peor momento de la crisis hídrica, pero entra en el verano con un escenario delicado. Los embalses aún resisten gracias a una primavera generosa, pero la combinación de calor extremo, evaporación y presión turística podría volver a tensar la situación si no se mantiene una gestión prudente del agua.