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Ni Madrid ni Sevilla, esta es la ciudad que enamoró a George Orwell: "Resultaba sorprendente e irresistible"
La capital catalana vivía un momento de revolución social que conmovió al famoso escritor y lo inspiró para escribir sus grandes obras
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Cuando se habla de las ciudades españolas que más han fascinado a escritores y viajeros, nombres como Madrid, Sevilla o Granada suelen destacar por su belleza, historia o vida cultural. Sin embargo, George Orwell, uno de los grandes escritores del siglo XX, quedó prendado de otra ciudad: Barcelona.
En 1936, en pleno estallido de la Guerra Civil Española, Orwell llegó a la capital catalana como voluntario para luchar contra el fascismo.
Revolución social
Lo que encontró allí fue mucho más que una contienda: encontró una ciudad vibrante, radicalmente transformada por la revolución social.
En su obra Homenaje a Cataluña, dejó escrita una frase que lo resume todo: “El aspecto de Barcelona resultaba sorprendente e irresistible. Por primera vez en mi vida, me encontraba en una ciudad en la que la clase trabajadora llevaba las riendas.”
El Hotel Colón, en la Guerra Civil, convertido en sede del PSUC, con fotos de Lenin y Stalin / BARCELOFÍLIA
Una ciudad tomada por el idealismo revolucionario
Orwell llegó a España en diciembre de 1936, no como turista ni como escritor, sino como miliciano voluntario dispuesto a combatir el fascismo.
Como tantos otros intelectuales europeos de la época, sentía que la Guerra Civil era un punto de inflexión en la historia contemporánea, una lucha crucial entre democracia y totalitarismo.
En Barcelona encontró algo inesperado: una ciudad que parecía haber sido transformada por un sueño utópico. El ambiente era radicalmente diferente a cualquier otro que hubiera conocido.
Los hoteles habían sido colectivizados, los restaurantes gestionados por los propios trabajadores, los saludos eran revolucionarios (“salud” en lugar de “buenos días”), y los uniformes eran iguales para todos.
Barcelona en los años 30
Barcelona, en aquel momento, era uno de los principales bastiones del movimiento anarquista en Europa.
La CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y otras organizaciones obreras habían tomado el control de fábricas, transportes y medios de producción. Calles, tiendas y espacios públicos reflejaban esta nueva realidad: el pueblo era protagonista.
Una de las imágenes más sorprendentes de la Barceloneta durante la Guerra Civil / ANTONI CAMPAÑÀ
La idea de que la clase trabajadora “llevaba las riendas” no era solo una metáfora para Orwell. Era una descripción literal del poder popular que presenció en las calles.
Esta experiencia marcaría profundamente su visión política y literaria, aunque también le desilusionó cuando, más adelante, fue testigo de las tensiones internas entre anarquistas, comunistas y socialistas.
Trasciende el tiempo
El relato de Orwell en Homenaje a Cataluña es uno de los más vívidos y sinceros que se han escrito sobre la Guerra Civil. Sin romanticismos ni propaganda, describe tanto la emoción revolucionaria como la decepción posterior.
Aquella Barcelona lo transformó, no solo como hombre, sino también como escritor: años después, su experiencia allí sería fundamental para obras como Rebelión en la granja y 1984, en las que critica con dureza tanto al fascismo como al totalitarismo comunista.
Más allá del turismo
En la actualidad, cuando millones de turistas visitan Barcelona cada año atraídos por la Sagrada Familia, las playas o el encanto del Barrio Gótico, pocos conocen esta otra cara de la ciudad: la Barcelona revolucionaria que inspiró a Orwell.
Recorrer lugares como La Rambla, el barrio del Raval, o el antiguo cuartel Lenin, es caminar por escenarios que vieron marchar a milicianos, manifestaciones obreras y asambleas populares.
Algunos puntos, como el Hotel Continental (donde se hospedó Orwell con su esposa Eileen), aún conservan ese aire histórico.
Hotel Continental de Barcelona
Un legado que sigue vivo
La frase de Orwell resuena aún hoy porque refleja un momento irrepetible en la historia. En un mundo donde las tensiones sociales y económicas vuelven a estar en el centro del debate, su testimonio desde Barcelona cobra nueva relevancia.
La capital catalana logró despertar en el escritor una mezcla de sorpresa, admiración y esperanza, en una ciudad que por un instante pareció ser el corazón palpitante de una nueva era.