El actor Quim Gutiérrez no se ha mordido la lengua al hablar sobre el proceso de transformación urbana que vive Barcelona desde hace años.
En una entrevista reciente, el intérprete barcelonés ha expresado su preocupación por la pérdida de identidad de su ciudad natal, afectada —según él— por un modelo turístico que ha convertido zonas enteras en espacios pensados más para el visitante que para el residente.
“Sin entrar en polémicas, creo que Barcelona se ha convertido en un parque de atracciones de sí misma, igual que le ocurre a París", asegura Gutiérrez.
"Es una ciudad con un nivel cultural altísimo, una oferta gastronómica excepcional, tiene playa y unas dimensiones llevaderas. Durante años hubo un modelo en el Ayuntamiento que potenciaba tanto el turismo que hay muchas zonas que ya no pertenecen a los barceloneses. Estoy en absoluto desacuerdo con esto”, explica el actor.
El actor Quim Gutiérrez
Estas palabras, pronunciadas durante una entrevista concedida a Esquire con motivo de un número especial dedicado a Barcelona, han generado reacciones en redes sociales. Gutiérrez, conocido por papeles en películas como AzulOscuroCasiNegro o Los Últimos Días, pone voz a una inquietud creciente entre muchos residentes: la sensación de haber sido desplazados en su propia ciudad por un modelo turístico que puede haber llegado a su límite.
La ciudad convertida en escaparate
El fenómeno de la turistificación no es nuevo en Barcelona, pero en los últimos años se ha intensificado hasta el punto de alterar la vida cotidiana en barrios como el Gòtic, el Born o el Eixample.
A esto alude Gutiérrez cuando habla de una ciudad que ha dejado de ser funcional para quienes la habitan: “Con el turismo pasa lo mismo. Para la gente que vive en los lugares publicitados eso es un modelo terrible. La ciudad tiene que ser para la gente que la vive”.
El actor evita hacer una crítica simplista y reconoce que el turismo es un pilar de la economía española, pero no por ello deja de señalar sus efectos perversos. En su opinión, el modelo actual es insostenible, tanto social como económicamente.
Turistas abandonando un piso
“Sé que lo que digo es polémico, sobre todo porque España vive del turismo. Pero también creo que tenemos otros atributos para potenciar. Para mucha gente es una situación insoportable. Así que sí, la ciudad ha cambiado mucho”, asegura Gutiérrez.
Crítica al modelo económico
Más allá del caso concreto de Barcelona, Quim Gutiérrez apunta a una crítica estructural del sistema económico global.
Según el actor, el problema no es solo la gestión del turismo, sino una lógica de crecimiento continuo que presiona a las ciudades para obtener beneficios constantes, incluso a costa de la calidad de vida de sus ciudadanos.
“Tampoco estoy de acuerdo con el conjunto del sistema capitalista que persigue que en cada trimestre haya que tener unos resultados de crecimiento o, si no, es un fracaso; eso es absolutamente insostenible”, defiende.
Turistas en las inmediaciones de un hotel
Con esta afirmación, Gutiérrez se suma a las voces que cuestionan la viabilidad del actual modelo de desarrollo urbano, basado en la explotación intensiva del territorio y en la mercantilización de la vida cotidiana.
Para él, el problema es más profundo que el turismo: tiene que ver con una forma de entender la ciudad como negocio antes que como espacio para vivir.
Una voz crítica en un momento clave
Las declaraciones de Quim Gutiérrez llegan en un momento de fuerte debate sobre el futuro de Barcelona, especialmente tras un verano marcado por la saturación turística, las protestas vecinales y las tensiones por el precio del alquiler.
Su posición, aunque polémica para algunos sectores, refleja el sentir de una parte importante de la población que reclama un modelo más equilibrado y que no afecte ni tensione el mercado de la vivienda hasta niveles jamás vistos.
El actor no propone soluciones concretas, pero sí lanza una llamada de atención: Barcelona no puede seguir creciendo a cualquier precio. Y, sobre todo, no puede seguir perdiendo su alma por adaptarse a las exigencias del turismo global.