Barcelona cuenta con una gran cantidad de edificios y joyas arquitectónicas que la han convertido en una de las máximas exponentes del modernismo en Europa. La capital catalana cuenta con una gran cantidad de edificios modernistas: Casa Batlló, La Pedrera (Casa Milà), Palau de la Música Catalana o Hospital de Sant Pau, entre otros.
Pero en este caso la ciudad ha vuelto a ser noticia por una de sus joyas arquitectónicas, que aunque es menos conocida, no de ja de ser parte del gran patrimonio que tiene Barcelona.
Entre callejuelas empinadas y zonas residenciales tranquilas, en el barrio del Putxet, se esconde una casa que parece sacada de un cuento. O mejor dicho, de una película. Porque fue precisamente eso: uno de los escenarios principales de Vicky Cristina Barcelona, la cinta dirigida por Woody Allen que retrató la esencia bohemia de la capital catalana.
Una obra de arte con historia cinematográfica
Diseñada en 1917 por el reputado arquitecto Enric Sagnier, esta residencia de estilo modernista ha resistido al paso del tiempo sin perder ni una pizca de su esplendor original.
El director de cine y clarinetista Woody Allen / TEATRE TÍVOLI
Hoy, más de un siglo después, sale al mercado por 25 millones de euros, una cifra que refleja no solo su valor arquitectónico, sino también su relevancia cultural. No es la Casa Batlló, ni la Pedrera, pero esta casa ha cautivado a figuras del arte, el cine y la arquitectura por igual.
Y entre ellas, nada menos que Woody Allen, que la eligió como localización en su película de 2007. Fue el hogar de uno de los personajes principales y, según relatan sus actuales propietarios, también el refugio del propio director durante parte del rodaje: “Se enamoró nada más verla”, aseguran.
La atmósfera nostálgica y la belleza serena de la casa la convirtieron en el escenario perfecto para una historia de amor y arte.
Modernismo auténtico
La vivienda, con más de 1.100 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 1.600 metros, es un espectáculo arquitectónico.
Desde los suelos de mosaico hidráulico, hasta las escaleras de roble macizo, pasando por techos altísimos, barandillas de forja artesanal y detalles florales esculpidos en la fachada, cada rincón respira el espíritu del modernismo catalán.
Pese a su antigüedad, la mansión ha sido rehabilitada por completo, respetando el valor patrimonial pero incorporando tecnología y comodidades actuales.
El director Woody Allen / EFE
El interior se distribuye en varias plantas: un salón principal de 74 m² con salida directa al jardín, siete dormitorios, siete baños, una biblioteca, cocina independiente, y una suite principal con terraza privada y vistas panorámicas.
Pero quizás lo más llamativo es su piscina interior climatizada excavada en roca, que la convierte en un oasis urbano en pleno Sarrià–Sant Gervasi. También dispone de garaje, bodega, ascensor y un apartamento de servicio.
Un oasis privado
El exterior es igual de impresionante. El jardín está distribuido en varias terrazas ajardinadas, con árboles centenarios, bancos de piedra y una piscina exterior rodeada de silencio.
A pesar de encontrarse en el centro de Barcelona, la propiedad ofrece una privacidad total, lo que la hace especialmente atractiva para compradores internacionales o perfiles discretos.
Situada a pocos minutos del parque del Turó del Putxet, y muy cerca de colegios internacionales, comercios de proximidad y restaurantes gourmet, esta casa es ideal para quienes buscan lujo con identidad catalana. Además, está catalogada como Bien Cultural de Interés Nacional, lo que garantiza la protección de su valor patrimonial.
El actor Woody Allen.
La casa está gestionada actualmente por una inmobiliaria de alto standing, y ya ha despertado el interés de compradores internacionales, atraídos por su historia, su belleza arquitectónica y su conexión con el cine.
No es simplemente una propiedad, es una pieza viva del patrimonio barcelonés, una casa con alma, capaz de conquistar incluso a leyendas de Hollywood.