Montaje de Daniel Brühl y una calle de Gràcia en Barcelona

Montaje de Daniel Brühl y una calle de Gràcia en Barcelona Archivo

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Este es el mejor barrio para vivir en Barcelona según Daniel Brühl: “Como entrar en un pequeño pueblo dentro de la gran ciudad”

El actor alemán revela en su nuevo libro su profunda conexión con esta zona de la capital catalana que considera el corazón más auténtico

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El actor Daniel Brühl, reconocido internacionalmente por títulos como Good Bye, Lenin! o Inglourious Basterds, vuelve a situar a Barcelona en el centro de su vida y de su obra.

Lo hace a través de su primer libro, Un día en Barcelona (Indicios), una mirada íntima, crítica y profundamente personal sobre la ciudad que lo acogió y que, según confiesa, lo ha marcado para siempre.

Y si hay un lugar que resume ese vínculo, ese es Gràcia, el barrio que Brühl no duda en definir como el mejor para vivir en la capital catalana.

“Era como entrar en un pequeño pueblo dentro de la gran ciudad. Tiene un carácter propio, una identidad marcada”, asegura el actor, que residió allí durante varios meses mientras rodaba en Barcelona.

La plaza de la Vila de Gràcia de Barcelona en una imagen de archivo

La plaza de la Vila de Gràcia de Barcelona en una imagen de archivo AJ BCN

Un corazón auténtico dentro de la ciudad

Aunque su familia vivía en El Putxet, un entorno más residencial, Brühl encontraba en Gràcia una autenticidad que, según él, se ha mantenido intacta a lo largo de los años.

“Me di cuenta de que la mentalidad de la gente es muy genuina. Hay un sentido comunitario que no encuentras en muchos otros lugares. Todo el mundo habla con todo el mundo, las generaciones conviven de manera natural”, explica con entusiasmo.

Esa visión, que mezcla admiración y ternura, atraviesa todo el libro. Para Brühl, Gràcia representa lo que más valora de Barcelona: la mezcla de culturas, la convivencia intergeneracional y la vida de barrio.

“Para mí, Gràcia no es solo un barrio. Es una forma de vivir. Es mezcla, autenticidad y alma”, resume.

El Mercat de l'Abaceria en Gràcia en imagen de archivo

El Mercat de l'Abaceria en Gràcia en imagen de archivo Ayuntamiento de Barcelona

Una mirada sincera, sin postales

Pero Un día en Barcelona no es, insiste el actor, un ejercicio de idealización. “No quería escribir un folleto turístico. Barcelona es maravillosa, pero como cualquier otra gran ciudad, tiene retos, contradicciones y zonas de sombra. Es importante mostrar todo eso”, afirma.

Brühl reconoce que la ciudad lo fascina tanto por su belleza como por su complejidad. “Barcelona es algo más que la imagen idílica de las postales. Es soleada, sí, pero también tiene sus sombras. Tiene carácter, historia y alma. Quería que el libro transmitiera esa mezcla”, explica.

Esa honestidad es, quizás, lo que más conecta con el lector. Brühl escribe sobre la ciudad que vive y siente, no la que se vende en las guías. Por eso también reflexiona sobre cómo se percibe Barcelona en su país de origen.

La calle Verdi de Gràcia en una imagen de archivo

La calle Verdi de Gràcia en una imagen de archivo GALA ESPÍN Barcelona

“Los alemanes adoran Barcelona. La conocen bien y la respetan. Allí, suelo defenderla como si fuera un embajador no oficial. Por eso incluso abrí un bar de tapas en Berlín”, comenta entre risas.

Tradición, familia y cultura

La relación de Brühl con Barcelona tiene raíces más profundas. En su familia, su abuelo se dedicó a escribir crónicas taurinas, una figura que aparece en el libro y que añade una capa histórica y familiar a su relato.

“De niño no me gustaban los toros. Me parecían algo salvaje. Pero con el tiempo descubrí que ese mundo es más complejo de lo que parece. Tiene su historia, su simbología, y merece un análisis más profundo”, reflexiona.

Aunque no se considera aficionado, defiende una mirada respetuosa hacia esa tradición. “No se puede juzgar con superficialidad. No todo es blanco o negro”, añade.

Personas en las terrazas de bares en la plaza de la Vila de Gràcia en una imagen de archivo

Personas en las terrazas de bares en la plaza de la Vila de Gràcia en una imagen de archivo METRÓPOLI

Amistad, mezcla y vida social

Otro de los temas centrales del libro es el valor de la amistad y de las relaciones cotidianas. Brühl admite que en Berlín, donde reside habitualmente, echa de menos la vida social espontánea de Barcelona.

“Vivo en un barrio en el que todos se parecen: misma edad, mismos pisos, mismo estilo de vida... En Barcelona, en cambio, todo está mezclado. Puedes encontrarte con un niño, un jubilado o un artista en la misma terraza”, cuenta.

En su bar berlinés, ha intentado recrear ese espíritu, organizando incluso una calçotada anual para sus amigos. “Quería que sintieran un poco de esa alegría mediterránea que tanto echo de menos”, confiesa.

Un futuro en Barcelona

Aunque su carrera lo mantiene entre Berlín y los rodajes internacionales, Brühl no descarta regresar a vivir en Barcelona. “Ahora no es el momento, pero quizás dentro de un par de años me atreva. Me gustaría aportar algo de mi cultura a la ciudad que tanto me ha dado”, comenta sobre la posibilidad de abrir un bar alemán en la capital catalana.