El actor Robert Redford y una imagen de Barcelona de fondo

El actor Robert Redford y una imagen de Barcelona de fondo Archivo

Vivir en Barcelona

Barcelona, la ciudad que inspiró a Robert Redford antes de convertirse en estrella de Hollywood: "Fue una experiencia maravillosa"

Antes de convertirse en leyenda del cine, el actor americano vivió en España una etapa de descubrimiento personal entre la modernidad catalana y la luz mediterránea

Te puede interesar: El barrio de Barcelona donde nació Joan Manuel Serrat: de tradición obrera y ambiente bohemio

Leer en Catalán
Publicada

Noticias relacionadas

Antes de convertirse en una de las mayores estrellas de Hollywood, Robert Redford encontró en España un refugio creativo que marcaría su mirada artística y su sensibilidad cinematográfica.

La capital catalana, la isla balear y los pueblos blancos de Andalucía fueron escenario de una etapa vital en la que el actor exploró la pintura, la arquitectura y la vida sencilla, descubriendo una forma de entender el arte y la vida que luego trasladaría a la pantalla grande.

Arquitectura y modernidad 

Cuando tenía 19 años vine por primera vez. Estaba estudiando una carrera, quería ser artista, y vine a España. Fue una experiencia maravillosa, relató Redford en entrevistas posteriores.

Su primer contacto con la península fue Barcelona, una ciudad que le fascinó por su mezcla de tradición y modernidad. Recorrió las calles del Eixample, se detuvo frente a la fachada de la Casa Batlló y observó los mosaicos y formas ondulantes de Gaudí, que le recordaban la libertad de un lienzo en blanco.

El actor Robert Redford durante una entrega de premios

El actor Robert Redford durante una entrega de premios EFE

Para Redford, la arquitectura catalana no era solo un escenario urbano, sino una lección sobre cómo la estética puede integrarse en la vida cotidiana. 

Los barrios populares y la vitalidad de sus plazas le ofrecieron un mosaico humano que amplió su mirada y le enseñaron a observar la belleza en los detalles más cotidianos. 

El actor quedó fascinado por el modernismo catalán que Gaudí y otros arquitectos plasmaron en diferentes edificios de Barcelona. La belleza de las formas y la vitalidad de los colores le cautivaron y le enamoraron. 

La Casa Batlló llena de rosas durante una Diada de Sant Jordi

La Casa Batlló llena de rosas durante una Diada de Sant Jordi EUROPA PRESS

La luz mediterránea que alimenta la pintura

Tras Barcelona, Redford pasó dos meses en Mallorca, donde se dedicó a la pintura. La isla le ofreció un escenario único: casas encaladas, calles estrechas y una luz mediterránea que parecía sacada de sus propios cuadros, que pintaba en sus ratos libres. 

"Entonces era un pequeño pueblo de pescadores", recordaba el actor. "Estuvo muy bien, porque quería educar a mis hijos en contacto con otras culturas", añadió.

Redford volvió a la isla balear años más tarde, cuando encontró ahí un lugar de descanso por su año sabático: "No estaba seguro de si quería seguir como actor o dedicarme plenamente al arte".

En el Puerto de Alcúdia, un pequeño pueblo de pescadores entonces, Redford encontró un equilibrio entre la naturaleza y la vida humana que le serviría para conceptualizar sus futuros proyectos cinematográficos. La sencillez del entorno y la intensidad de la luz balear le ayudaron a desarrollar un estilo donde los paisajes son casi protagonistas de la narrativa.

El actor Robert Redford en una imagen de archivo

El actor Robert Redford en una imagen de archivo

La vida en Mijas

En 1966, ya en plena encrucijada vital, Redford y su familia se trasladaron a Mijas, en la provincia de Málaga.

Allí vivieron durante siete meses en una granja sin luz ni agua corriente, inmersos en un entorno rural que contrastaba con la sofisticación de Barcelona y Mallorca. “No bailaba flamenco, pero fue una experiencia maravillosa”, recordaba el actor.

Mijas, con sus calles empedradas y casas blancas adornadas con flores, ofreció a Redford un contacto directo con la autenticidad y la sencillez. Este periodo influyó no solo en su visión artística, sino también en su filosofía personal, que luego permeó películas donde la relación entre personajes y entorno es fundamental.

Un legado creativo que trasciende el cine

España fue, para Robert Redford, un laboratorio de inspiración donde combinó la pintura con la observación del mundo real.

Descubrió elementos que luego integrarían su obra cinematográfica: paisajes tratados como personajes, atmósferas cargadas de luz y una sensibilidad que buscaba reflejar la autenticidad de la vida humana.