Imagen de archivo de las Fiestas de Gràcia en el carrer de Bonavista en 1880

Imagen de archivo de las Fiestas de Gràcia en el carrer de Bonavista en 1880 Fundación de la Fiesta Mayor de Gràcia

Vivir en Barcelona

El barrio de Barcelona que era un pueblo independiente y ahora es de los más populares: tenía campos de cultivo y pastos

El crecimiento de la población junto a la Revolución Industrial provocaron la necesidad de expansión de la capital catalana, que adhirió este pueblo al municipio

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Barcelona es una ciudad que ha experimentado varias transformaciones urbanísticas a lo largo de los más de 2.000 años de historia que acarrea a sus espaldas. 

Sin embargo, pocos cambios han sido tan trascendentales como el que refiere a la anexión de los pueblos independientes que rodeaban a la capital catalana, los cuales pasaron a formar parte del tejido urbano.

En este sentido, uno de los casos más representativos sobre esta cuestión es del barrio de Gràcia, que antiguamente fue un municipio y que, tras la implementación del Plan Cerdà, se integró a la Barcelona moderna para convertirse en uno de sus barrios más emblemáticos.

Al borde del colapso

Barcelona estaba limitada dentro de sus murallas medievales, antes de que sucediera su expansión urbanística. 

Estas estructuras, construidas para proteger la ciudad, también acortaban su crecimiento, provocando un hacinamiento extremo.

Calles estrechas, falta de ventilación y condiciones sanitarias deficientes hacían que la vida fuera muy dura. El crecimiento poblacional y la Revolución Industrial aumentaron la necesidad de expansión.

Mapa de la muralla medieval de Barcelona

Mapa de la muralla medieval de Barcelona WIKIPEDIA

Identidad propia en Gràcia

Fuera de las murallas, el paisaje que predominaba era básicamente rural, con campos de cultivo y pastos que abastecían a la ciudad.

En estas zonas también había pequeños núcleos urbanos con administración propia. Por aquel entonces, Gràcia era uno de esos terrenos rurales, con su propia vida comunitaria basada en la agricultura y la artesanía.

Además, lejos de la actualidad, destacaba por su tranquilidad. Contaba con una plaza mayor, iglesia, mercado y calles llenas de casas bajas con huertos. A diferencia del caos de la ciudad amurallada, aquí la vida transcurría a otro ritmo mucho más calmado. 

El Plan Cerdà 

La crisis urbana de mediados del siglo XIX llevó a que se implementara el Plan Cerdà, una propuesta que buscaba expandir Barcelona de manera ordenada y saludable, añadiendo ciertos territorios fuera de sus fronteras. 

Paseo de Gràcia desde Casa Fuster antiguamente / PASSEIG DE GRÀCIA

Paseo de Gràcia desde Casa Fuster antiguamente / PASSEIG DE GRÀCIA

El plan contemplaba calles amplias, manzanas abiertas y espacios verdes para mejorar la calidad de vida. Como parte de esta transformación, Gràcia, junto con Sant Andreu, Sants y Sarrià, fue anexionada a la ciudad.

A pesar de su integración, Gràcia conservó su identidad. Hoy en día, sigue siendo un barrio con personalidad propia, conocido por su ambiente cultural y plazas llenas de historia.

Un barrio con historia y modernidad

Actualmente, Gràcia es uno de los barrios más vibrantes de Barcelona. Sus calles peatonales, comercios locales y oferta cultural lo convierten en un destino clave.

La Festa Major de Gràcia, que cada verano transforma el barrio con calles decoradas y actividades, es un reflejo de su espíritu comunitario.