Fachada con dos de los cuatro jefes indios de la calle del Comerç / INMA SANTOS

Fachada con dos de los cuatro jefes indios de la calle del Comerç / INMA SANTOS

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Los cuatro jefes indios de la calle del Comerç

El arquitecto Antoni Rovira Rabassa proyectó en 1886 este enorme edificio esquinero presidido por una tribuna de hierro forjado en el primer piso

15 mayo, 2022 00:00

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Uno, dos, tres… y cuatro. Cuatro enormes y feroces jefes indios, o mejor dicho, cuatro cabezas de jefes indio esculpidas sostienen en su boca una llave cada uno, y sobre sus cabezas, todo del balcón principal de la casa Vicente Ferrer. Que no es poco.

El enorme edificio esquinero –planta baja, cuatro alturas y terraza–, con vistas a la plaza del Born, ocupa los números 60, 62 y 64 de la calle del Comerç. El arquitecto Antoni Rovira Rabassa lo levantó en 1886 sobre los solares correspondientes a las letras B y C, en el “Plano de Urbanización del Parque”.

Detalle de uno de los cuatro jefes indios de la calle del Comerç / INMA SANTOS

Detalle de uno de los cuatro jefes indios de la calle del Comerç / INMA SANTOS

CARACTERÍSTICAS DEL EDIFICIO

En la planta baja, las puertas son adinteladas y están enmarcadas por una moldura y un pequeño relieve en el centro del dintel. A partir del primer piso todas las aperturas dan a balcones: los del primero y segundo piso son corridos y en el tercero y cuarto, se combinan corridos e individuales. Las barandillas son de hierro forjado y, en el caso de los balcones corridos, en algunos tramos la forja es más trabajada y presenta motivos vegetales y florales.

Lo curioso es que cuenta con tres entradas correspondientes a tres escaleras de vecinos, pero sería un error decir que se trata de tres edificios individuales. Para empezar, la planta baja, ocupada por un supermercado Aldi, es un único local sin ninguna divisoria.

EMPRESA DE "DROGAS"

Pero, si algo llama la atención, al margen de sus cuatro guardianes indios que custodian la planta baja, es la vista del edificio en la esquina de la calle Comerç con Ribera. En el primer piso, destaca una enorme tribuna de hierro forjado, en forma de galería, muy trabajada. Esa tribuna corresponde a una vivienda peculiar que ocupa la mitad de la primera planta del edificio y que cuenta con escalera propia de acceso.

En la fachada se conservan tres placas en las que puede leerse: Comercial Anónima Vicente Ferrer. Es lo que queda de una empresa dedicada a la venta de “drogas” (químicos y farmacéuticos), coloniales, ortopedia e instrumentos de cirugía. Una empresa que durante la guerra civil fue colectivizada.

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