Una persona llena un vaso de agua del grifo / UNSPLASH

Una persona llena un vaso de agua del grifo / UNSPLASH

Vivir en Barcelona

Factura del agua en Barcelona: se pagan más impuestos que consumo

El Ayuntamiento de Barcelona recauda unos 36 millones de euros al año por la tasa de recogida de residuos

7 marzo, 2022 00:00

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En Barcelona, la mayoría de los vecinos pagan en la factura del agua más impuestos que consumo. Hasta cinco tributos, tasas o impuestos incluye el recibo bimensual que llega a las viviendas de los barceloneses: el canon del agua de la Agència Catalana de l'Aigua (Generalitat de Catalunya), la tasa metropolitana de tratamiento de residuos, el IVA y dos tasas municipales: la tasa del alcantarillado y la tasa de recogida de residuos municipales generados en domicilio, que se paga desde mediados de 2020.

Como se puede comprobar en la factura adjunta en este artículo, que cubre el periodo entre noviembre de 2021 y enero de 2022, el importe a pagar es de 90,24 euros, y un 54% del total va a parar a las arcas públicas: 41,46 euros son por el suministro del agua, mientras que los 48,78 euros restantes son de algún impuesto o tasa. El canon del agua asciende a 16,84 euros; la tasa metropolitana del tratamiento de residuos, a 10,39 euros; la tasa municipal de recogida de residuos, a 8,56 euros; la tasa del alcantarillado, a 7,16 euros, y el IVA, a 5,83 euros.

LA TASA DE RESIDUOS: 36 MILLONES AL AÑO EN BARCELONA DE RECAUDACIÓN 

La tasa más polémica que se incluye en el recibo del agua es la de recogida de residuos municipales. Según el Ayuntamiento de Barcelona, unos 557.000 hogares, un 73,3 % del total, tienen que pagar entre 27 y 51 euros al año, lo que supone entre 2,25 y 4,25 euros mensuales. En cómputos anuales, el consistorio ingresa unos 36 millones euros anuales por este concepto, según los datos facilitados por el grupo municipal de Ciutadans y confirmados por el Ayuntamiento.

Recibo del agua de este enero de una familia de Barcelona, la mayoría son impuestos / CEDIDA

Recibo del agua de este enero de una familia de Barcelona, la mayoría son impuestos / CEDIDA

La tasa se empezó a cobrar a mediados de 2020. Durante ese año, el Ayuntamiento recaudó en un semestre unos 15,2 millones de euros; en 2021 fue más del doble, 36 millones, y en 2022 las previsiones son 36,5 millones. Las cifras han sido facilitadas a Metrópoli por Mariluz Guilarte, presidenta de Ciutadans y el propio consistorio, aunque varían las de 2020. Según Ciutadans, en 2020 fueron 18 millones.

"ES UNA TASA FRAUDE"

En un comunicado cuando se puso en marcha la tasa, el consistorio decía que buscaba "fomentar la correcta gestión de los residuos domiciliarios que se generan en la ciudad, mejorar el tratamiento de los residuos, incrementar la recogida selectiva y reducir emisiones". Para Guilarte es todo lo contrario: "Es la tasa fraude. Durante la pandemia había locales que nos mandaban las facturas. Uno de Sants, que estaba cerrado, pagó 112 euros solo por la tasa de residuos. Es una tasa que no se corresponde a políticas de verdadero reciclaje. Poner la tasa antes de mejorar el servicio es afán recaudatorio. La gente paga por servicios que no tiene".

La tasa de residuos municipales fue aprobada en el pleno de febrero de 2020. Contó con los votos a favor del gobierno municipal, Barcelona en Comú y PSC, y ERC. El resto de formaciones -JuntsxCat, Valents (entonces Barcelona pel Canvi), Ciutadans y PP -votó en contra. El concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Eloi Badia, dijo que la propuesta era un primer paso hacia una tarifación más justa para acabar pagando en función de lo que se recicla, aunque casi dos años y medio después poco o nada ha cambiado para la mayoría de los barceloneses.

El gobierno de Colau quiere imponer de forma progresiva un nuevo sistema de recogida de residuos en la ciudad, el Puerta a puerta, que busca fomentar el reciclaje y la recogida selectiva. La primavera de 2021 se implantó en Sant Andreu de Palomar con el objetivo de reciclar más, pero la iniciativa fue recibida por una parte del vecindario como una imposición y el barrio vivió diversas protestas.

QUEJAS EN SANT ANDREU

Las quejas por la acumulación de basuras sin recoger en las calles de Sant Andreu en verano motivó que el pasado octubre el Ayuntamiento decidiera paralizar por ahora la fase 2 del nuevo sistema de recogida y su extensión a otros barrios de la ciudad, como Horta. También en esta cuestión Barcelona en Comú y PSC discrepaban. El sistema funciona mejor en una parte del casco antiguo de Sarrià. Pero más de tres años después de su puesta en marcha, en algunas calles del barrio se siguen viendo bolsas sin recoger porque hay vecinos que reciclan mal.

En enero de este año, el área de Badia informó de algunas mejoras en la recogida de residuos en Sant Andreu. La medida más importante fue la introducción de una quincena de contenedores inteligentes para la recogida selectiva. También desde enero, el Ayuntamiento bonifica a los vecinos de Sant Andreu de Palomar, en el ámbito en el que se aplica el Puerta a puerta, con una reducción de la tasa de residuos de un 30% a las personas que hagan más de 40 aportaciones a la fracción organica durante el año. Este jueves se anunció la misma bonificación para los residentes de Sarrià que hacen el Puerta a puerta.

Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática y de Gracia en el Ayuntamiento de Barcelona / EP

Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática y de Gracia en el Ayuntamiento de Barcelona / EP

Como explicó Metrópoli en septiembre de 2020, Barcelona es el único municipio metropolitano en el que los ciudadanos pagan dos tasas de residuos en el recibo del agua que emite Aigües de Barcelona. Uno de los impuestos lo recauda desde hace años el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y es por el tratamiento de los residuos. El segundo es la tasa de residuos municipal que se cobra desde 2020. De las 23 localidades metropolitanas en las que Agbar gestiona el agua, solo se cobra la tasa de recogida de residuos a través de la citada factura en la capital catalana, confirman fuentes de la compañía. El tributo se cobra en 23 de los 36 municipios metropolitanos, pero se recauda fuera del recibo del agua. En el momento de la puesta en marcha de la tasa, Badia dijo que el consumo de agua era un buen indicador para aproximarse a la cantidad de residuos generados.