El 'Puerta a puerta' abre otra crisis entre PSC y comunes
Los socialistas son contrarios a extender el sistema de recogida de basuras a Horta: "No se dan las condiciones"
4 octubre, 2021 20:36Noticias relacionadas
El Puerta a puerta, el nuevo sistema de recogida de basura que se ha implantado en Sant Andreu, ha abierto una nueva crisis de gobierno en el seno del Ayuntamiento de Barcelona entre PSC y Barcelona en Comú. La pregunta que Metrópoli ha hecho al primer teniente de alcaldía Jaume Collboni sobre qué le parecía el funcionamiento del Puerta a puerta en Sant Andreu y la respuesta que éste ha dado no ha gustado nada a Janet Sanz y Eloi Badia, máximos responsables del desaguisado que ha llenado las calles del barrio de bolsas sin recoger y protestas.
Collboni ha dicho que no veía nada claro extender el sistema de recogida de basuras a Horta hasta que se hubieran analizados los resultados de la segunda fase del Puerta a puerta en Sant Andreu del Palomar y éstos sean favorables. El líder del PSC ha hecho estas declaraciones en la presentación de unas subvenciones para ayudar al comercio barcelonés, unas horas antes de Badia y Sanz comparecieran para explicar un incremento del gasto para limpieza en la ciudad tras un verano negro de suciedad y plagas. Hoy, lunes 4 de octubre, Sanz y Badia no querían hablar del Puerta a puerta, pero la pregunta de este medio ha puesto el tema en la agenda política.
NO SE DAN LAS CONDICIONES PARA EXTENDER EL SISTEMA
Badia ha asegurado que ambos partidos trabajaban en la misma dirección y que era extender el sistema a Horta "sin un calendario fijo". Sin embargo, en las filas socialistas no lo ven así. Para la regidora y portavoz socialista, Rosa Alarcón, "no se dan las condiciones" para ampliar el servicio este 2021, ha subrayado muy acertadamente la edil de Horta-Guinardó. Desde el PSC se asegura que la idea de posponer la llegada del Puerta a puerta a Horta ha sido suya. El posicionamiento del PSC es claro: el sistema no se llevará a otros barrios hasta que sea fiable. Y por ahora ha quedado demostrado que no lo es. Suciedad e inseguridad son dos temas muy sensibles que generan muchas quejas vecinales.
El Puerta a puerta es un sistema de recogida de basuras que el Ayuntamiento puso en marcha a finales de la pasada primavera para mejorar la recogida selectiva de residuos. A grandes rasgos, el nuevo sistema elimina los contenedores tradicionales y los vecinos están obligados a dejar la basura en espacios y días concretos (según el tipo de residuo), y en recipientes homologados o bolsas reciclables con chip. Si el consistorio considera que el reciclaje se ha hecho mal, no se lleva la basura. El sistema ha generado un gran rechazo entre una gran parte del vecindario de Sant Andreu, que ha respondido con diversas protestas y manifestaciones. Durante semanas, las calles del barrio han amanecido con bolsas sin recoger, al igual que ocurre todavía en el casco antiguo de Sarrià, donde el sistema funciona desde hace tres años.
El último aspecto que ha puesto el vecindario y a algunos partidos de la oposición en pie de guerra ha sido la instalación de unos depósitos para dejar los pañales que funcionan con llave. Sin embargo, el área que encabeza Badia no permite que las mujeres puedan tirar en estos depósitos productos -como compresas y tampones- que utilizan durante la menstruación, lo que es ERC lo interpreta como "una grave discriminación", según las palabras del consejero portavoz Carlos R. Escuredo. Badia ha tenido también que rectificar un formulario en el que se preguntaba a los ciudadanos por qué querían usar los depósitos de pañales y en el que debían incluir datos personales, lo que podía vulnerar la ley de protección de datos.
MÁS CONFLICTOS ABIERTOS
El citado conflicto es uno más de la larga lista de tensiones del gobierno entre PSC y Barcelona en Comú. La instalación del museo Hermitage en la nueva bocana del Port -a favor los socialistas, en contra los comunes- fue uno de los primeros focos de discrepancias. A éste se sumaron después la negativa de Colau a la ampliación del aeropuerto de Barcelona y la elección de David Bondia, próximo a los comunes, como síndic de Barcelona. Los socialistas temen que acabe usando la oficina del defensor del ciudadano para hacer oposición. La lista de conflictos es más larga: Alarcón ha estado a la greña con Sanz mientras ha sido regidora de movilidad, a los socialistas no les gustó que Jordi Cuixart fuera nombrado el pregonero de las fiestas de Gràcia. Y la gestión de los botellones genera cada vez más discrepancias por la permisividad con la que se ha afrontado. El año y medio que queda hasta las elecciones se hará largo en el gobierno de Barcelona, si es que éste termina el mandato.