Vistas de la calle de Alguer en Barcelona / INMA SANTOS

Vistas de la calle de Alguer en Barcelona / INMA SANTOS

Vivir en Barcelona

Un funicular hasta el mirador de la calle Alguer de Barcelona

El primer ascensor horizontal de Barcelona se instaló en 2010 en el Carmel, salva un desnivel de 30 metros, y lleva hasta una de las mejores vistas de la ciudad

31 enero, 2023 00:00

Noticias relacionadas

266 metros, más o menos. Esa es la altura de la colina más alta de las siete que rodean Barcelona. La misma que da nombre a un barrio nacido abruptamente y que creció a golpe de oleada migratoria a mediados del siglo pasado. “Pues no es muy alta”, pensarán algunos. ¿Seguro? Haced la prueba, acercaos al barrio y dejad que los vecinos de siempre, los que llevan allí toda la vida, os expliquen lo que es subir con el carrito de la compra cargado por Conca de Tremp, Santuari, Dante Alhigieri o cualquiera de las calles que ahora cuentan con escaleras mecánicas.

Claro, que la vida les compensó esas pequeñas torturas diarias con el privilegio de poder disfrutar de algunas de las mejores vistas de Barcelona. Y no me refiero solo a las del concurrido balcón en que se han convertido las baterías antiáreas, al final de Marià Labèrnia. Daos una vuelta y dejaos cautivar por otras vistas menos conocidas, como las que os ofrece el Carmel desde las calles Doctor Bové, Gran Vista o, posiblemente la mejor de todas, la de la calle Alguer.

Merece la pena. Desde lo alto se puede observar el resultado del crecimiento desmesurado de la ciudad durante los años 50 y 60 del siglo pasado. Descubriréis una Barcelona escarpada, inclinada y abrupta a la que se accede en este punto de dos maneras: a través un sistema de rampas y escaleras o…. ¡en funicular! Sí, como os lo cuento. El 23 de octubre de 2010, el Carmel celebró como un gran acontecimiento social -este barrio sabe muy bien lo que es vivir cuesta arriba y cuesta abajo- la puesta en marcha del primer ascensor inclinado instalado por el Ayuntamiento.

Grupos de jóvenes de botellón en los búnkeres del Carmel, hace un año / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

Grupos de jóvenes de botellón en los búnkeres del Carmel, hace un año / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

De repente, la rampa llena de hierbajos que era hasta entonces la calle Alguer, cobraba vida gracias a un ascensor acristalado y horizontal que avanzaba cuesta arriba y cuesta abajo. En total, 60 metros de recorrido para salvar un desnivel de 30. Para los más prácticos, la distancia que los separa de dos equipamientos importantes: el CAP y la biblioteca Juan Marsé; para los más soñadores, la distancia que los separa de tocar el cielo con Barcelona a sus pies.

--

Descubre más curiosidades y rincones de Barcelona en la cuenta de Instagram @inmasantosherrera [link directo]