Comunidad mapuche de la Araucanía / EFE

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La resistencia mapuche en el siglo XXI

Académicos reconstruyen el idioma y las tradiciones como legado para la humanidad

6 abril, 2018 12:41

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Uno de los fundadores de la historia de la comunidad mapuche chilena ha pisado Barcelona por primera vez desde la universidad de Texas. Mientras, genera una red de intelectuales que abogan por recuperar la identidad mapuche para plasmarla en una serie bibliográfica y así dejar huella a las generaciones futuras. En Chile, piden independencia jurisdiccional y territorial, mayor libertad económica y un reconocimiento real de la identidad cultural. Estos son los aspectos que destaca Luis Cárcamo Huechante, profesor en la universidad de Texas, especializado en estudios nativo americanos indígenas. Co-autor de 'Violencias coloniales en Wajmapu' y de ' Historia, colonialismo y resistencia desde el país mapuche'. Do sobras escritas en castellano y mapunzungun (mapuche). 

“Trabajar es un dilema para los jóvenes que se reconocen mapuches porque tienen que elegir entre trabajar para las grandes compañías forestales o unirse al activismo que se posiciona en contra de estas multinacionales”.

Huechante explica la carga histórica que acumula la comunidad mapuche en el contexto socio político del país: a inicios de los años 90’ , los pueblos indígena se organizaron contra es sistema colonial. En 1993, el estado chileno reconoce el valor de la lengua mapuche (mapunzungun). En 1997, se recuperan las tierras de Temuco (al sur de Chile) y a inicios de los 2.000, el movimiento mapuche se ha diversifica entre quienes quieren trabajar y formar parte del estado chileno y quienes prefieren la autodeterminación. “En los últimos 30 años, la población no mapuche se ha sensibilizado mucho con el movimiento mapuche”, afirma Huechante. El académico explica que “los mapuches han adoptado el modelo asimilacionista proveído por el sistema colonial”. La principal batalla mapuche se libra contra la industria forestal (del pino radiatta y el eucaliptus) y contra la industria extractiva, básicamente, contra las centrales eléctricas concentradas en el sur del país. En el norte, la lucha ecologista se ha unido a la mapuche y juntos disputan contra la extracción minera . El impacto de la explotación forestal arriesga la subsistencia de las personas. Huechante explica que las grandes compañías deforestan los bosques de pino radiatta y eucaliptus, drenan los suelos y de esta manera desaparece la fauna y ya no crece nada más, comienza la sequía y la gente se ve obligada a emigrar.

Luis Cárcamo Huechante durante su visita en Barcelona / A.O.

Luis Cárcamo Huechante durante su visita en Barcelona / A.O.



La escasez de agua es un problema fundamental en el pensamiento mapuche. “Las fuentes de agua son fundamentales para los ritos ceremoniales de esta cultura”, asiente el profesor. La situación se vuelve insostenible. Entre los meses de diciembre y febrero (verano en Chile), los camiones ya distribuyen agua en contenedores en algunas regiones del sur. Un problema natural que provoca un impacto social significativo. De hecho, Huechante explica que existe un decreto, el Decreto 707, el cual establece que las tierras son parte del mercado según la oferta y la demanda, lo que fomenta la venta de tierras, propiedad de mapuches, y éstos emigran a la ciudad o se ven obligados a dedicarse al monocultivo, lo cual no es rentable.

Dos obras que recopilan la historia del pueblo mapuche / A.O.

Dos obras que recopilan la historia del pueblo mapuche / A.O.



CÓMO SOBREVIVEN LOS MAPUCHES

Pese a que las luchas mapuches se posicionan contra las multinacionales que explotan el medio natural, “hoy, los activistas indígenas son dúctiles para el uso de las tecnologías. También han nacido en la era de la globalización tecnológica”.

Los mapuches no deben lecciones a nadie pero “ponemos en valor la naturaleza. La relación entre seres vivientes debe obedecer a una práctica constante”, aclara Huechante; lo cual es la antípoda del neoliberalismo que existe. La resistencia mapuche, se basa en el kimün, el conocimiento que les alienta a seguir adelante. Él, como mapuche, se implica desde el mundo académico para reconstruir el kimün en todas sus facetas: la lengua, la cultura, las tradiciones y su arte.

Actualmente, hay unas 600.000 personas descendientes de mapuches, según explica Huechante, y de éstas, casi la mitad vive en las ciudades chilenas desde donde viven su identidad mapuche más o menos, de forma explícita.