Esculturas, relieves, instalaciones, obras en vídeo y fotografías forman parte de la constelación de obras de la artista británica Melanie Smith, afincada en México desde 1989, que a partir del 17 de mayo y hasta el mes de octubre, se apoderarán del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA).

El centro barcelonés ha organizado una exposición retrospectiva de Smith, la más amplia organizada hasta ahora en Europa, con 120 piezas, que incluyen todo el abanico de medios que utiliza la artista para expresarse en sus trabajos.

Nacida en Poole (Reino Unido) en 1965, recaló en Ciudad de México en el año 1989 y allí ha sido testigo "del impacto de la modernización capitalista, de la globalización neoliberal y del hiperconsumismo, además del fracaso de la modernidad”, según ha explicado la comisaria de la exposición, Tanya Barson.

El contraste entre su país de origen, que dejó en un momento de tensiones políticas y económicas con Margaret Thatcher al frente del gobierno y lo que se encontró en México están muy presente en toda su obra.

La exposición Melanie Smith. Farsa y artificio, toma el título de una de las obras más emblemáticas de la muestra, Farsa y artificio, de 2006, donde incorpora múltiples pinturas y juega con conceptos como lo absurdo, la burla, la parodia y la artificialidad, presentes en todos sus trabajos.

Otra de las piezas que destaca y se expone por primera vez es María Elena, una grabación en la que muestra un pequeño pueblo construido en el desierto de Atacama, donde se extrae mineral de la tierra.

En María Elena, la artista evidencia que colonialismo, modernidad industrial y degradación medioambiental se enlazan. "En la obra aparece la violencia de la extracción de la tierra", apunta la artista, quien acompaña sus reflexiones fílmicas con pinturas.

Smith, que representó a México en la Bienal de Venecia de 2011, cree que su obra puede verse como un “manuscrito gigante", por las diferentes capas que contiene y ha precisado que siempre piensa de forma "fragmentada".

Melanie Smith en el MACBA



"Cuando llegué a México en 1989 vi que mi formación como minimalista no servía y creí que debía corromper, dañar, interrumpir la superficie, romperla su estructura en el contexto mexicano", ha argumentado.

Feliz de poder presentar en España una exposición que ha calificado de "clave" en su carrera y que, posteriormente, viajará a México, ha reconocido que "la exposición puede verse como un poco contradictoria pero es a propósito", sin seguir un orden cronológico.

El recorrido es a partir de "sugerencias para introducir poco a poco al espectador en un mundo de capas".

Las ideas recurrentes y las repeticiones están muy presentes en un itinerario que se estructura en núcleos temáticos: abstracción, urbano, color, cuerpo, arqueología, naturaleza y escala. La megalópolis de Ciudad de México se ve en reflejada en lo urbano, la abstracción de los colores de los tenderetes populares, el contraste de la naturaleza y el tamaño de los vestigios arqueológicos. 

Uno de los proyectos que más llama la atención es el que está relacionado con El Bosco, que le permite "parodiar la corrupción del gobierno neoliberal" de México, a través de una escena del infierno extraída de ‘El jardín de las delicias’.

Otras obras llamativas son la filmación Estadio Azteca. Proeza maleable, sobre el imaginario mexicano y la que se exhibe en la Capella MACBA sobre el entorno natural: Xilitla. Desmantelado, de 2010, rodada en el jardín del coleccionista Edward James.

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