La religión se despliega en el espacio público no sólo en Navidad. El Ramadán también toma algunos espacios de Barcelona con la celebración del ftar, la ruptura del ayuno, propia de los musulmanes. A casi dos semanas vista del final del octavo mes del Ramadán, diversas comunidades musulmanas de la ciudad organizan cada año una comida popular y por segundo año consecutivo, la Fundación Ibn Battuta lo ha organizado en la terraza del Museu Marítim de Barcelona.
Alrededor de 150 personas se han dado cita en este lugar emblemático de la ciudad para compartir mesa y realizar la ruptura del ayuno. No hacía falta ser musulmán para asistir, solo estar invitado. Primero, el nuevo presidente de Tot Raval y portavoz del Consell Islàmic de Catalunya, Mohamed Halhoul, ha calificado el encuentro como “un acto más de expresión ciudadana”. Al hilo de su intervención, el presidente de Ibn Battuta, Mohamed Chaib, ha declarado que este acto “representa la pluralidad de Catalunya”. Incluso, el Cardenal Lluís Martínez Sistach ha destacado “la importancia de la presencia religiosa en el espacio público, el bien que hace el diálogo interreligioso y agradeció haber sido invitado. “La comunidad marroquí se siente a gusto en Barcelona”, ha asegurado el Cónsul General de Marruecos, Fares Yassir. Todos los parlamentos han remarcado la convivencia y el director general del Instituto Europeu de la Mediterrània (IEMED), Josep Ferré ha concretado que “debemos ser militantes de la interacción con el que es diferente, no solo compartir un espacio”. Una idea a la que se ha añadido el ímpetu de la Comissionada d´Immigració, Interculturalitat i Diversitat del Ayuntamiento de Barcelona, Lola López: “Debemos respetar los derechos a las convicciones. Tenemos una Barcelona muy diversa pero que no interacciona”. Una afirmación que ha continuado con palabras de agradecimiento a la labor del director general d´Afers Religiosos de la Generalitat, Eric Vendrell, quien, según López, ha asegurado que no se lo podía haber puesto tan fácil cuando llegó al gobierno municipal.
Pese a que han pasado varias personas por el micro, las intervenciones han sido breves, el hambre comunitario reclamaba su alimento y tras el adhan (llamada a la oración), se ha degustado una variedad de alimentos tradicionales del ftar marroquí: harira, huevo duro, chebakia, briwat, dátiles, pastela y zumos naturales. Desayuno rico en nutrientes para la mayoría y cena copiosa para otros bajo las luces de una terraza-jardín alabada por todos.
Una cita, que más allá de reunir a cónsules de Arabia, Hungría, Grecia, Bangladesh o Turquía, supo encajar comensales musulmanes, ateos, cristianos, judíos, en definitiva, ciudadanos que representan la ciudad de Barcelona.
Como este ftar, Barcelona acoge decenas repartidos por la ciudad. La mayoría se concentran en el barrio del Raval, como el que se ha celebrado en los jardines Voltes d´en Cirés, acompañado de rap y un torneo de fútbol; así como en Ciutat Vella o en diversos puntos de las playas barcelonesas, donde se reúnen, cada vez más jóvenes musulmanes en el mes de Ramadán a la hora que asoma la luna.
FUNDACIÓN IBN BATTUTA
La Fundación Ibn Battuta, antes, asociación, acumula una larga trayectoria de trabajo asociativo dentro de la sociedad magrebí desde su espacio situado en la calle de Sant Pau a toda la ciudad. Uno de los últimos trabajos en los que colabora es en el acomodamiento de los menores no tutelados que llegan a Barcelona desde Marruecos. Un proyecto que suma fuerzas al empeño de otras entidades que trabajan con el mismo colectivo de jóvenes.