Así ha cambiado la vida del asesino de las niñas de Alcàsser tras su detención en Barcelona
Varias personas han visto a Miguel Ricart deambulando por la rambla del Raval pidiendo cigarros
22 febrero, 2023 00:00Noticias relacionadas
La vida de Miguel Ricart, el asesino del triple crimen de las niñas de Alcàsser, ha dado un giro de 180 grados después de su detención en diciembre del año pasado. Según confirman fuentes vecinales a Metrópoli, se sigue viendo por el Raval, donde pide cigarros a las personas que pasean por la zona. Actualmente, lo están investigando por liderar un narcopiso en un piso de la calle de Aurora, lugar en el que, presuntamente, vendía todo tipo de drogas.
Los Mossos d'Esquadra lo detuvieron el 19 de diciembre. Hacía mucho tiempo que le seguían el rastro, ya no solo por ser quién es, sino por las múltiples quejas de los vecinos del bloque. Tal como explican ellos mismos a este medio, el domicilio del asesino de Alcàsser era un foco de problemas y ver a toxicómanos en el rellano se había convertido en el pan de cada día. Cuando la policía catalana entró, pudo comprobar que, en su interior, había cocaína empaquetada y lista para ser vendida.
SIN MEDIDAS CAUTELARES
Después de dos días detenido, pasó a disposición judicial del juzgado de instrucción 18 de Barcelona, que acordó su libertad con cargos acusado de un delito contra la salud pública. Tanto él como su compañero de piso se acogieron a su derecho a no declarar. La Fiscalía no pidió ninguna medida cautelar y la magistrada lo dejó libre con la condición de que se presentara cada 15 días a firmar en sede judicial.
Los vecinos de la calle de Aurora tenían medio de que volviera a vivir en su anterior domicilio. No obstante, tal como confirman fuentes vecinales a Metrópoli, no ha vuelto a aparecer por el bloque de pisos. Han hecho obras y han cambiado la cerradura. La tranquilidad vuelve a reinar en la calle de Aurora, donde llevaban mucho tiempo sufriendo problemas de convivencia por el narcopiso que, presuntamente, dirigía Miguel Ricart. A pesar de que no ha vuelto por el edificio, lo cierto es que se sigue dejando ver muy cerca de donde fue detenido.
VISTO EN LA RAMBLA DEL RAVAL
Según ha podido saber este medio, suele pasear por la rambla del Raval, en la que aborda a los vecinos. Siempre les dice lo mismo: "Oye, ¿tienes un cigarro?". El aspecto irreconocible del asesino de las niñas de Alcàsser hizo que, antes de su reciente arresto, pasara desapercibido por Ciutat Vella. No obstante, después de que se filtraran las fotos con su aspecto actual, ha dejado de ser invisible.
De hecho, tal como explica él mismo en una entrevista en exclusiva en El Rincón del Disidente, no se esconde y pasea por Barcelona, a pesar de que varias personas lo reconocen. Asegura que "no ha hecho nada malo" y que, por lo tanto, no tiene sentido ocultarse. A pesar de las múltiples pruebas que demuestran su autoría, él sigue defendiendo a capa y espada su falsa inocencia.
MIGUEL RICART
Miguel Ricart pasó 21 años entre rejas por secuestrar, violar y asesinar a Míriam, Toñi y Desirée, tres vecinas de Alcàsser de 14 y 15 años que desaparecieron en extrañas circunstancias en noviembre de 1992, mientras estaban haciendo autoestop. Dos meses más tarde, encontraron sus cadáveres enterrados en Tous, a 40 kilómetros de donde se les perdió el rastro.
La investigación de la Guardia Civil determinó que Miguel Ricart, junto a Antonio Anglés y otra persona no identificada, las sometieron a todo tipo de torturas antes de matarlas. Tal como explican los hechos probados de la sentencia, las violaron anal y vaginalmente, introduciéndoles palos por el recto. También las apuñalaron, y a una de las víctimas, le arrancaron los pezones con unos alicates. Después de dejarlas agonizando durante horas, las asesinaron y escondieron sus cuerpos.
CONTRADICCIONES Y MENTIRAS
Por estos hechos tan atroces y crueles, solo condenaron a Ricart. El asesino dio seis versiones distintas, todas ellas llenas de múltiples contradicciones. Primero confesaba los crímenes, pero luego se desdecía de todo y se inventaba que los policías lo habían torturado y amenazado para que modificara sus declaraciones. En un principio, tenía que pasar 170 años entre rejas, pero por la suspensión de la doctrina Parot, a los 21 ya estaba libre y sin cargos.
Salió de la cárcel en 2013 y, en 2021, lo identificaron en un piso okupado en Madrid. Igual que en el reciente caso de Barcelona, los vecinos denunciaban múltiples problemas de convivencia, ya que "era un foco de drogas y robos". Los vecinos de la calle de Aurora tampoco estaban contentos con la presencia de Miguel Ricart en el bloque, y eso que ni siquiera sabían que se trataba de un asesino.
ENFERMO MENTAL
El triple feminicida se hacía llamar Manuel y tenía una actitud arisca con las personas que vivían en el bloque, a las que les decía que era chófer, pero nada más lejos de la realidad. Era habitual verlo en los comedores sociales de la zona. Los que han tenido un trato cercano con él, como Sor Lucía Caram, lo describen como un hombre"enfermo mentalmente" y aseguran que no debería estar en libertad.
Miguel Ricart ha sido un delincuente toda su vida. Ingresó a prisión provisional dos veces antes del crimen. La primera por robar un vehículo de motor y, la segunda, meses más tarde, por amenazas en otro robo similar. La droga siempre ha estado presente. Según explicaba él mismo, Antonio Anglés fue su camello y, después de separarse de su expareja, se fue a vivir con él, entrando en una espiral de delincuencia que llegó a su punto álgido con el crimen de las niñas de Alcàsser.
ANTONIO ANGLÉS
Antonio Anglés sigue siendo uno de los fugitivos más buscados por la Interpol. Después del asesinato, consiguió fugarse hasta Dublín, donde se le perdió completamente el rastro. Recientemente, se ha estrenado la docuserie Anglés, historia de una fuga, en la que varios testimonios aseguran que está vivo. El juzgado de Alzira también contempla esta posibilidad y, en 2018, reabrieron el caso y se emitió una orden de detención, que sigue vigente hoy en día.
Si no encuentran a Antonio Anglés antes del 2029, los delitos prescribirán y, por lo tanto, nunca podrán juzgarlo por uno de los crímenes más crueles de la década de los 90 en España. Cualquier persona que tenga alguna pista sobre su paradero, que se ponga en contacto con las autoridades.