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Ciutat vella

VÍDEO | Los vecinos del Raval estallan contra un narcopiso muy conflictivo: "Que acabe esta tortura"

Los residentes cargan contra los traficantes de drogas, que han sembrado el caos en la calle de Valdonzella

23 septiembre, 2023 23:15

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Los vecinos del Raval están viviendo un auténtico calvario por un narcopiso muy conflictivo. Metrópoli ha podido hablar con los afectados, que han relatado con todo tipo de detalles el infierno al que se enfrentan día tras día en la calle de Valdonzella 56. Se trata de un inmueble de 60 metros en el que conviven unos 14 okupas de distintas nacionalidades: dominicanos, cubanos, marroquíes y españoles, entre otros.

Tal como relatan los residentes, todo empezó hace unos tres meses. Los traficantes se instalaron en el entresuelo de este piso, ubicado en el distrito más conflictivo de la ciudad. La mayoría de sus vecinos son de origen filipino, por su proximidad con Sant Antoni. Aseguran que, a pesar de vivir en un barrio complicado, su comunidad siempre había sido muy tranquila.

LOS NARCOTRAFICANTES SE INSTALAN EN EL RAVAL

La situación dio un giro de 180 grados cuando los narcos decidieron okupar el entresuelo para vender drogas. El problema, según los vecinos, no es solo la distribución de sustancias estupefacientes, sino "la cantidad de daños colaterales": ruido a todas horas, amenazas y un clima de inseguridad que, día tras día, no para de crecer.

Los afectados lo denunciaron todo a los Mossos d'Esquadra, pero tras más de tres meses, aún no les han concedido la orden judicial para poder desalojarlos. La comunidad de vecinos decidió manifestarse cada día a las 21:00 horas delante del bloque, ya que lo entendían como una manera de presionar a los traficantes para que abandonaran el inmueble. Las fachadas están llenas de carteles exigiendo que se vayan, quieren visibilizar su problema y que las autoridades actúen. 

AMENAZAS Y AGRESIONES

"La policía nos pidió que dejáramos de manifestarnos, puesto que esto podía interferir negativamente en la investigación", dice Reynaldo --un nombre inventado para preservar su anonimato--.  Los vecinos de la calle de Valdonzella siguieron los consejos de los investigadores y, desde el pasado domingo, han cesado las concentraciones. Quieren colaborar con los mossos y que el calvario acabe en cuanto antes.

La fachada del narcopiso de la calle de Valdonzella / GALA ESPÍN

La fachada del narcopiso de la calle de Valdonzella / GALA ESPÍN

"Nos han tirado cristales y nos han amenazado. La policía ha venido varias veces, pero nos comentan que tenemos que aprender a convivir con esto", lamenta lmelda, otra mujer anónima que vive en el edificio. Tal como ha podido comprobar este digital, el tráfico de gente entrando y saliendo del edificio es constante. Algunos de los afectados creen que entre los consumidores se podrían encontrar menores de edad. "Lo que más nos sorprende es que hay gente de todas las edades, incluso personas de más de 60 años", dice Reynaldo.

LOS VECINOS, REVICTIMIZADOS

Cabe recordar que en el edificio también hay niños, que no tienen otra alternativa que convivir con los traficantes. Para poder entrar en casa, sí o sí tienen que pasar por el entresuelo, con todo el riesgo que eso supone para su seguridad. Algunos de los clientes, cuando no están contentos con la mercancía, revientan los buzones y parte del inmobiliario común. Evidentemente, los que se acaban haciendo cargo de los gastos económicos derivados de los daños son los mismos vecinos, algo que los revictimiza aún más.

Es habitual que en los narcopisos también haya prostíbulos encubiertos. Los vecinos no descartan que se encuentren ante esta situación, ya que han visto a mujeres de madrugada que les hacen levantar sospechas. A pesar de que no hay un perfil concreto de consumidor, aseguran que muchos de los clientes son personas que malviven en la calle y que tienen problemas de drogodependencia. A ojos de los residentes, estas personas son víctimas y creen que la responsabilidad final recae sobre los distribuidores, que actúan con total impunidad.

EL TRÁFICO DE DROGAS, UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA EN BARCELONA

Filipinas es uno de los países del mundo con penas más duras contra el tráfico de drogas. Rodrigo Duterte, quien fue el presidente del país hasta 2022, ordenó la ejecución de miles de narcotraficantes. Muchos de los residentes de la calle de Valdonzella son filipinos y se muestran sorprendidos por la permisividad que hay en Barcelona en cuanto a este delito en comparación a su país de origen. "Nos cuesta entender cómo es posible que lleven tanto tiempo vendiendo droga y molestándonos y que la policía no pueda hacer nada", dice Elmer.

Los vecinos estallan contra un narcopiso de la calle de Valdonzella / GALA ESPÍN

Los vecinos estallan contra un narcopiso de la calle de Valdonzella / GALA ESPÍN

El tráfico de drogas es el delito que más ha crecido en los últimos años en la capital catalana. Esto ha provocado que los Mossos d'Esquadra hayan tenido que crear una unidad especializada en narcopisos en la capital catalana y más de la mitad de sus actuaciones son en el distrito de Ciutat Vella. Los afectados relatan que los desalojos no son suficiente, ya que cuando los echan de un piso, entran en otro, y así sucesivamente.

IMPUNES Y SIN NADA QUE PERDER

"Ellos no tienen nada que perder. Son conscientes de que son impunes y les da absolutamente igual las consecuencias legales, porque saben que las penas van a ser mínimas", lamenta otra vecina. "Nosotros, si nos enfrentamos a ellos, sí que tenemos mucho que perder. Tenemos familia, trabajo y no queremos más problemas. Solo que acabe esta tortura", añade. Desafortunadamente, el edificio de la calle de Valdonzella 56 no es el único en el que hay narcopisos. Según delatan testigos vecinales, hay varios en toda la zona. 

Muchos de los entrevistados han preferido no hacerlo a cara descubierta, ya que aseguran "tener miedo" de los okupas. Las amenazas no han sido solo verbales, también han llegado a intimidarlos con un cuchillo. Metrópoli ha intentado hablar con ellos para darles la oportunidad de defenderse, pero han declinado hacer ningún tipo de declaraciones.

Fuentes policiales confirman a este medio que el desmantelamiento de narcopisos en Ciutat Vella está a la orden del día. "Trabajamos activamente para erradicar el problema. Entendemos el enfado de los vecinos, pero queremos dejar muy claro nuestro compromiso con este tema y que siempre nos tenemos que ceñir a la ley", concluyen las citadas fuentes.