Cierra Espai Sucre de Barcelona, el primer restaurante de postres del mundo

Después de 25 años de funcionamiento, Espai Sucre, el primer restaurante de postres del mundo, se despide de Barcelona para siempre. Así lo ha anunciado Jordi Butrón, fundador y director de la escuela gastronómica. 

“Mis problemas de salud desaconsejan la gestión del día a día de la escuela. Estoy muy tranquilo porque el método Espai Sucre está muy vivo en cientos de alumnos repartidos por todo el mundo que lo utilizan día a día”, explica el reconocido chef barcelonés en un vídeo que ha compartido en sus redes sociales.

25 años de historia

A pesar del cierre del local, Butrón ha asegurado que seguirá impartiendo clases. Además, continuará con la gestión de The best dessert, el concurso creado en 2007 en el que se reúnen los mejores pasteleros del mundo para competir por el título. Asimismo, el chef trabaja en la publicación de un libro que recopila los 25 años de historia de Espai Sucre.

Postre de Espai Sucre de Barcelona, el primer restaurante de postres del mundo Espai Sucre

La fecha en la que se pondrá punto final a este histórico proyecto es el próximo 31 de julio. Hasta entonces, todavía hay tiempo para probar su menú degustación, que incluye tres tapas, un plato salado, cuatro postres y una tapa dulce.

Mejor pastelero de España

Espai Sucre abrió en el año 2000 en la calle Comerç de Barcelona, en el distrito de Ciutat Vella, para después trasladarse en la calle Sant Pere Més Alt. El local abarca tanto una escuela de postres –la primera del mundo– como un restaurante, con un menú degustación donde predominaba el dulce. Su especialidad siempre han sido los postres, tal como su nombre indica.

Entre otras distinciones que Butrón ha conseguido a lo largo de su carrera profesional, en 2003 fue reconocido como Profesional del Año por la Academia Catalana de Gastronomía. Destacaron su “brillante aproximación a la cocina de los postres y la divulgación llevada a cabo en su escuela, convertida en un centro de referencia internacional”. Un año después, se erigió con la distinción de ser el Mejor Pastelero de Catalunya, y en 2006, el mejor de España, tras haber sido distinguido con el mismo reconocimiento en 1998.