Uno de los motivos que más alimenta la tan comentada turismofobia en Barcelona son los desmadres que se crean en muchos pisos turísticos. Las fiestas a altas horas de la mañana y el trajín de gente que entra y sale son tan habituales en las zonas más populares de la ciudad que han generado un problema de convivencia con los vecinos. Para hacer frente a esta situación, muchos propietarios de apartamentos han decidido instalar un pequeño dispositivo inteligente que mide el nivel de ruido en tiempo real y envía una alerta cuando se superan los decibelios considerados tolerables (el límite legal por la noche son 30Db).
El aparato en cuestión se llama Roomonitor y es un invento de los hermanos Ignacio y Eduardo Suárez, que han logrado dar un giro a la relación entre residentes y turistas. “Es un dispositivo fácil de instalar que controla los niveles sonoros del piso en tiempo real y las 24 horas del día”, explica Ignacio. “Si en algún momento se supera el umbral de ruido establecido por el propietario, este recibe una llamada avisando del problema para que pueda advertir a los inquilinos”. Además, es barato. Cuesta 149 euros más otros 10 de mantenimiento mensual. “Lo mismo que sacas alquilando un día el piso”.
PREVENCIÓN DEL CONFLICTO
La idea es prevenir el conflicto antes de que aparezca y así ahorrar tiempo y esfuerzo. “Si los vecinos tienen que alertar de que hay una fiesta o si la Guàrdia Urbana debe desplazarse para solucionarlo, la sociedad está gestionando (y pagando) algo que es responsabilidad del propietario”, añade Suárez. Él lo sabe de primera mano. Además de Roomonitor, su hermano y él tienen un bed & breakfast en Pau Claris y un albergue en Arc de Triomf. “Hace unos años nos empezamos a encontrar con el problema de las molestias a los vecinos. Siempre nos ha gustado la tecnología y ya habíamos hecho nuestros pinitos, pero esta vez decidimos diseñar algo para comercializarlo”.
La idea, tan sencilla que sorprende incluso a los más entendidos, era algo que el sector turístico demandaba. En poco más de un año, unos 1.500 pisos turísticos han instalado uno de sus aparatos, lo cual representa aproximadamente un 15% de la oferta total en Barcelona. “Si lo miramos por grandes empresas y agencias, el 50% nos ha contratado, aunque todavía tenemos trabajo por delante para que lo instalen en todos sus pisos, no solo en los que consideran que son más conflictivos”, reconoce. Las ventas son tan buenas que ya han dado el salto a Madrid, Sevilla, Praga, Amsterdam y un largo etcétera. “Los problemas son los mismos en Nueva York que en Londres”, por lo que la solución también es la misma.
MENOS QUEJAS, MÁS FACILES DE GESTIONAR
Según las estadísticas internas de la compañía, los propietarios que avisan a sus inquilinos de que el Roomonitor está instalado reducen un 70% las alarmas por ruido. “Cada uno hace lo que quiere, pero es mucho más efectivo si explicas que el aparato es necesario porque están en un edificio con vecinos que trabajan al día siguiente. Eso mejora la experiencia del turista porque se integra en la vida de la ciudad, que al final es el motivo principal para elegir un apartamento en lugar de un hotel”. Además es totalmente inocuo porque solo registra los niveles de sonido, no puede grabar conversaciones. “Es como un termostato”.
Como atender llamadas a las 3:00 es un poco pesado y da más dolores de cabeza que otra cosa, Roomonitor también dispone de un servicio de vigilancia nocturno que centraliza todas las alarmas. “En su momento nosotros contratamos un vigilante nocturno para hacer rondas, pero no era eficaz porque, como bien dice la Ley de Murphy, cada vez que había un problema siempre estaba en la otra punta”. Ahora, con el aparato instalado, el mismo agente puede controlar decenas de pisos de forma sencilla y eficaz.
GESTIÓN DE LA ENERGÍA
La tercera área de negocio es una gestión eficaz de la energía. Cuando vas a un hotel, está más o menos previsto y para eso te dan una tarjeta que permite la activación de la electricidad en la habitación. “En los apartamentos turísticos no hay tanto control de la electricidad. Hemos ideado otro aparato que se instala en el aire acondicionado y nos permite vigilar la temperatura en el piso”, explica.
Los pisos turísticos de Barcelona tienen un consumo similar al de una ciudad pequeña, por lo que cualquier reducción del consumo eléctrico tiene un impacto “brutal” en el gasto y hacen que el negocio sea más sostenible. Puedes establecer temperaturas máximas y mínimas, pero lo más importante es que detecta cuándo el piso está vacío y lo desconecta, con lo que el propietario puede ahorrase hasta el 50% en la factura de la electricidad.