El aceite es el lubricante que mueve Alimentaria
La feria cuenta con un pabellón dedicado a todo tipo de productos y especialidades del líquido fundamental
18 abril, 2018 12:39Noticias relacionadas
Una gama de AOVE con propiedades organolépticas (Dehesa el Molinillo), otra de monovarietales exclusivamente ecológicos (García de la Cruz), una línea creada en exclusiva para la compañía aérea Lufthansa (Priego de Córdoba), otra que se distribuirá en exclusividad en Suiza (La Aldea de Don Gil), una más que se presenta en frascos de vidrio como si fueran perfumes (L'Oli Ferrer) y un largo etcétera.
El aceite del oliva, el de siempre, el de comer, se ha convertido en un 'must' alimentario en los últimos tiempos. Ya no se trata de si es suave o amargo, de si va bien para las ensaladas o para el pan con tomate, de si es más saludable el virgen o el extra, de si en botella de vidrio o de plástico; virgen, 100% arbequino, de primera prensada, prensado en frío...
En Alimentaria, el Pabellón 2 es comparable al Pabellón 3, el dedicado enteramente a los vinos. Eso significa que te puedes encontrar numerosos stands repletos de filas y filas de botellas que, desde lejos, parecen de eso, de vino. Pero no, son de aceites. De diferentes colores, tonalidades, formatos, envases, etc. Como las de vino, también ofrecen diferentes 'coupages' y añadas; son orgánicos o ecológicos; son caseros o de gama gourmet; sirven para aliñar o para masajes...
En la mayoría de los puestos se ofrece al visitante la posibilidad de probar bocado con el aceite: unos platillos con el líquido a elegir y otros con trocitos de pan. Se trata de ir mojando convenientemente y comérselo para paladear cada sabor. Y, la verdad, se trata de una inesperada experiencia que puede deslumbrar y que te hace descubrir que existe todo un mundo de placeres insospechados.
UN BAR DE COPAS... DE ACEITE
Sin duda, una de las cosas más sorprendentes es que en el citado pabellón de Alimentaria hay hasta un lugar en el que como, si de una bebida al uso se tratase, se pueden degustar aceites. Un bar de copas para ir probando los diferentes líquidos.
El Olive Oil Bar es un espacio para la degustación autoguiada con la ayuda de fichas descriptivas concebidas para ayudar a descubrir algunos de los mejores aceites de oliva virgen extra.
Diariamente se pueden catar individual o en grupo más de un centenar de aceites que muestran la continua innovación y las últimas tendencias del segmento de los aceites de oliva gourmet. Todo es AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), que es lo mejor de lo mejor.
Ves a los expertos catando (oliendo, tastando, tragando) como si en sus copas hubiera riojas, riberas o prioratos. Aquí, con el aceite, las variedades se llaman Picual, Cornicabra o Arbequina, aunque también otras menos conocidas como la Changlot Real, Royal o Arróniz.
El espacio de cata, ubicado en la zona Mediterranean Foods, refleja la buena forma del aceite de oliva español, con una creciente oferta en el segmento Premium, que busca exportar más y conectar con la mejor gastronomía.
Los AOVE españoles han multiplicado su presencia internacional en los últimos años. Más de la mitad de la producción de aceite de oliva nacional se exporta a 65 países del mundo. El 65% de las exportaciones se dirigen a los países de la Unión Europea, mientras que las ventas en mercados clave -Estados Unidos, China, Australia o Brasil- crecen año tras año.
CATALUNYA, BEN FET!
Aunque mayormente los aceites que se ven en Alimentaria provienen de la 'madre del olivo', que es Andalucía -aunque los hay de toda España-, en esta edición destaca también una buena cantidad de aceites catalanes. Así, más de una veintena de productores de aquí exhiben sus aceites; tres de ellas dentro del proyecto llamado 'Ben Fet!', que se trata de una marca que certifica el origen y la trazabilidad de los productos y servicios catalanes y promociona el consumo tanto en el ámbito nacional como internacional.
Por ejemplo, Mas Montseny presente sus 'aceites de autor', Degustus hace chocolates y bombones de aceite (!), La Boella, presenta un 'premium' que mezcla tres variedades clásicas (arbequina, arbosana y el koroneiki), Monte Brione también produce moscatel -sin azúcar-, vino de misa y vermú negro...
El aceite: todo un fascinante mundo a descubrir que tiene como origen el mismo sencillo fruto de un árbol milenario: una simple y llana oliva.