Vecinos de los barrios más céntricos de la ciudades europeas que no pueden asumir el precio de los alquileres, especulación inmobiliaria y subida desmesurada del coste del suelo en Europa. Estos y más problemas son los que provocan que el centro de las metrópolis se conviertan en un gran parque de atracciones vendido a los turistas, que las capitales del mundo se queden sin gente “del barrio” y que desaparezcan los comercios centenarios.
Así, plataformas como Airbnb o Booking se van apoderando de las ciudades, dejando atrás las historias y las batallitas de cada distrito, de cada zona de población. En Ámsterdam han decidido poner punto y final a este problema.
30 DÍAS AL AÑO
A partir del 1 de julio se extenderá la prohibición de alquiler vacacional en tres barrios del epicentro de la ciudad (Burgwallen-Oude Zijde, Burgwallen-Nieuwe Zijde y Grachtengordel-Zuid). “En estos vecindarios la calidad de vida de los residentes está tan presionada por el turismo que es necesario prohibir el alquiler vacacional”, argumentan desde el Ayuntamiento.
¿Y en el resto de Ámsterdam, cuál es la situación? Las viviendas interesadas en esta clase de negocios podrán hacerlo bajo “la regla de los 30 días”, como lo definen en el comunicado emitido por el consistorio. Es decir, que además de un permiso especial de la administración, los propietarios de los inmuebles sólo podrán alquilar sus viviendas 30 días al año.
MULTA DE 20.750 EUROS
Dicha medida se llevará a cabo para permitir que los residentes puedan vivir cómodamente en su propio barrio y no tengan que lidiar con las consecuencias del turismo.
En caso de violar la normativa, se deberá pagar una multa de 20.750 euros, ya que se considerará a la vivienda como un hotel ilegal por no contar con el permiso del Ayuntamiento. Además, los alojamientos deberán ser habitados por los propietarios durante el resto del año.