El covid provoca quebrantos cuantiosos a Casinos de Cataluña
Los negocios de la acaudalada familia Suqué, golpeados por el cierre de sus salas de apuestas
2 febrero, 2021 00:00Noticias relacionadas
El potente consorcio Inverama, propiedad de los tres hermanos Suqué Mateu, afrontó en 2020 uno de los ejercicios más complicados de su larga trayectoria, debido al duro impacto que está surtiendo el coronavirus.
Inverama preveía beneficios abundantes en 2020, después de haber acometido un costoso saneamiento de su división industrial de productos plásticos.
IMPUESTOS
Tras la irrupción de la pandemia, las autoridades impusieron a los salones de juego duras restricciones. Desde octubre están cerrados por completo. Fuentes de la dirección explicaron ayer a Metrópoli Abierta que el cese total está ocasionando a la empresa unas pérdidas mensuales de 1,8 millones de euros.
Inverama posee tres de los cuatro casinos existentes en Cataluña. Son la muy rentable instalación de Barcelona, situada en los bajos del Hotel Arts, más las de Tarragona y Peralada. Asimismo administra establecimientos del mismo género en Chile, Uruguay y Argentina. El entramado de la saga Suqué se completa con un casino en línea y con las apuestas deportivas que promueve en internet por medio de Casino de Barcelona Sports Betting.
La inactividad generalizada del sector repercutirá de lleno en la recaudación de impuestos y tasas de la Generalitat. Inverama venía aportando a las arcas públicas más de 25 millones anuales.
MEDIDAS ANTI-COVID
La cuenta de resultados del grupo encierra un dato no menor. El 63% de los ingresos y el 90% de los beneficios de la holding familiar proceden de las actividades relacionadas con el póquer, la ruleta y las máquinas de premio.
Durante el parón comercial, Inverama puso en marcha varios expedientes de regulación temporal. Ello permitió comprimir los gastos laborales de la plantilla, integrada por 1.180 personas. Además, para prevenir posibles contingencias, la corporación suscribió un crédito de 30 millones con la banca.
PORTUGAL Y POLONIA
Los efectos adversos del covid acontecen tras un ejercicio 2019 que fue claramente negativo. La quiebra, liquidación y cierre de sus negocios de film plástico en Galicia, concentrados en la factoría coruñesa de Narón, se saldó con abultados números rojos. En el periodo 2016-2019 suman 61 millones. Inverama sigue presente en el ramo gracias a sendas plantas fabriles de última generación situadas en Portugal y Polonia.
El grupo entero declaró una cifra de negocio de 428 millones, un 3% más. Pese a la mejora, las cuentas cambiaron de signo y pasan de 1,5 millones de beneficio a 12,3 millones de pérdida.
CAVA Y VINO
Otra de las actividades del conglomerado es la vinícola, germen empresarial de los Suqué Mateu. Tampoco dio excesivas alegrías. Se trata de un negocio que requiere de fuertes inversiones y de un largo periodo de maduración. Inverama lleva invertidos en este renglón 250 millones.
Comprende un amplio repertorio de bodegas, acogidas a las denominaciones de origen Empordà, Cava, Priorat, Ronda, Navarra, Ribera del Duero y Rioja. En conjunto, explota 800 hectáreas de viñedos propios o ajenos. El lote de marcas se compone de Peralada, Gran Feudo, Viña Salceda y Chivite, entre otros sellos acreditados.
CUENTAS ROBUSTAS
Inverama es uno de los consorcios de capital privado más destacados de Cataluña. La sociedad matriz engloba activos consolidados por importe de 660 millones y una deuda limitada a 90 millones.
La masa de los activos cobija una poblada cartera de inmuebles contabilizada en 300 millones. Descuella el magnífico castillo de Peralada y su resort anejo. Asimismo atesora fondos líquidos de 145 millones, más un parque de 35 filiales valoradas en 60 millones. Las rúbricas citadas tienen su correspondencia en el pasivo, con unos recursos propios de 570 millones.
ADMINISTRADORES Y DIVIDENDO
Inverama tiene solo tres accionistas. Son los hermanos Javier, Isabel y Miguel Suqué Mateu, hijos de los empresarios y mecenas Arturo Suqué y Carmen Mateu, esta última fallecida en 2018.
El trío compone el consejo de administración. Las máximas funciones ejecutivas están confiadas a Javier Carrasco Brugada, en su calidad de consejero delegado. La retribución de este órgano, entre sueldos, dietas y otras pagas, ascendió a 1,7 millones, contra 1,5 millones el año anterior. Inverama repartió un dividendo de 1 millón con cargo a las reservas acumuladas.