La pandemia afectó gravemente a los teatros, cines y museos, especialmente a los que, como el Museo de Cera, se sostenían gracias a los turistas. Con el cierre de fronteras, las restricciones y la caída de viajeros, la instalación barcelonesa ha visto como sus fondos caían en picado, dejando un desplome de ventas histórico.

DESPLOME POR LA PANDEMIA

Ubicado al final de la Rambla, dentro de un palacete datado del siglo XIX, la galería ha registrado un resultado negativo de 70.000 euros, frente a los 101.000 positivos que anotó el año anterior. ´

El arquitecto y escenógrafo Enrique Alarcón, fundador de la instalación, escogió este inmueble del pasaje de la Banca porque lo consideraba ideal por el misterio y encanto que transmitía. Prácticamente 50 años más tarde, el Museo de Cera ha reducido un 81% sus ventas, pasando de los 3,8 millones de 2019 a los 692.000 del año pandémico.

Fachada del Museo de Cera de Barcelona

FONDOS PROPIOS SÓLIDOS

Para hacer frente al agujero registrado, el grupo ha recurrido a los créditos. El Museo de Cera ha duplicado las deudas a largo plazo, hasta los 1,2 millones, y los créditos a corto plazo han ascendido a 37.000 euros. Sin embargo, los fondos propios de la compañía se han mantenido sólidos con 1,7 millones reconocidos en las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, una cifra similar a la de los años precedentes.

Más allá de las 120 figuras que alberga el museo, la instalación también cuenta con dos bares temáticos: el Pasaje del Tiempo y el Bosque de las Hadas. Parte de la caja viene de los locales –ubicados en la parte inferior de la antigua sede del Banco de Barcelona--, aunque durante los meses de encierro los ingresos fueron nulos. Además, el complejo, que emplea a unas 40 personas, alquila espacios para eventos privados y rodajes.

LAVADO DE CARA

El Museo de Cera se constituyó en mayo de 1972 y el año pasado fue sometido a un lavado de cara con el objetivo de mejorar su oferta de ocio y cultura. Con tecnología interactiva y 28 salas temáticas repartidas en 1.800 metros cuadrados de superficie, el edificio reúne a personajes clásicos como Picasso y Don Quijote y a personalidades contemporáneas como Billie Eilish, Copito de Nieve y Greta Thunberg.

Tras invertir seis millones de euros en la remodelación de la instalación, desde el museo tienen el objetivo de ir incorporando unas 10 o 15 figuras cada año.

Noticias relacionadas